Látex y fetish
El látex es un material indisolublemente unido al fetichismo. El fetish no podría ser entendido sin el látex. Máscaras, monos, minifaldas, ropa interior, pantalones, chalecos… son muchas las prendas de vestir realizadas con látex que sirven para dar al fetish una imagen fácilmente reconocible por todo el mundo. Además, el látex está presente en muchos de los juguetes que se utilizan durante los juegos fetish. Piensa en los látigos, en los dildos, en los preservativos… Todos estos juguetes tienen el látex entre sus componentes. El látex, sin duda, es un material atractivo y limpio, pero en ocasiones trae consigo un problema de no muy fácil solución: provoca reacciones alérgicas en aquellas personas que contactan durante un tiempo más o menos largo con él.
La alergia al látex va asociada a una serie de síntomas. Picor, enrojecimiento y picor ocular, enrojecimiento de las manos, tos seca, rubor, opresión torácica, aparición de habones, dificultad respiratoria… cualquiera de estos síntomas puede aparecer en la persona que es alérgica al látex. Desde el simple estornudo al shock anafiláctico (situación que requiere de la urgente intervención médica pues pone en riesgo la vida del paciente).
El látex debe ser entendido como un material de origen natural. Se obtiene al sangrar el árbol del caucho. La savia de ese árbol es el látex. Procesada convenientemente, esa savia se convierte en el látex que nosotros conocemos, el de nuestros preservativos y nuestros dildos. Así, la alergia que ciertas personas presentan al látex es una alergia en sentido estricto a las proteínas que se encuentran en el caucho natural. En otras, sin embargo, la alergia al látex es una alergia a los aditivos químicos que intervienen en ese proceso de conversión del látex natural en caucho. En el primer caso, se habla de alergia inmediata. En el segundo, de alergia diferida.
La complicada vida del alérgico al látex
La vida de la persona alérgica al látex no es sencilla. Desde los chupetes hasta los globos, desde los guantes sanitarios al preservativo, el látex está presente en muchos más objetos y productos de los que nos creemos. La Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y al Látex (AEPNAA) habla de que se calcula que hay 40.000 productos de uso cotidiano que contienen látex. Podríamos hablar de juguetes (pelotas, muñecas, etc.), equipajes deportivos, adhesivos, neumáticos, alfombras, colchones, suelas de zapato, pinturas, almohadas… El mundo de la medicina y de la asistencia sanitaria presenta, también, una amplia gama de productos elaborados con látex. No sólo los guantes están hechos de látex. También los diafragmas, los catéteres, los vendajes elásticos o las mascarillas faciales presentan, entre sus componentes, el látex. Como se puede imaginar, sustituir este producto no es fácil.
Para determinar la existencia o no de alergia al látex en una persona nada mejor que la realización de pruebas cutáneas. El alergólogo valorará el resultado de estas pruebas y determinará el tratamiento a seguir en caso de padecerla.
Tratamientos y prevenciones
Lo primero que se recomienda para enfrentarse a la alergia al látex es la prevención. Mejor no entrar en contacto con instrumentos o juguetes que se sepa o se sospeche que están hechos con látex. Para ello, nada como desconfiar de cualquier producto elástico y que tenga paredes delgadas. Evitar que estos productos entren en contacto con las mucosas corporales propias de zonas y órganos corporales como pueden ser los ojos, la vagina, el recto, la boca o la nariz es primordial para evitar una reacción alérgica severa.
En caso de que la prevención no sea suficiente se puede recurrir a una vacuna inmunoterápica de uso sublingual o a aquellos tratamientos farmacológicos antihistamínicos que traten las reacciones una vez que éstas se hayan producido. Sobre el uso de esta vacuna inmunoterápica, sin embargo, la AEPNAA advierte de que “aunque se ha comprobado que puede mejorar el curso de la enfermedad al reducir la sensibilidad clínica de los pacientes, la presencia de reacciones adversas es importante y demasiado alta para generalizar su uso de forma habitual. Por este motivo sólo está indicada en casos muy especiales y siempre bajo la vigilancia del especialista en alergia”.
Para evitar problemas, la persona con alergia al látex debería llevar siempre una señal identificativa (por si ocurriera un accidente y la persona, inconsciente, necesitara atención sanitaria), un antihistamínico de cabecera y, en los casos en los que la hipersensibilidad es mayor y las reacciones alérgicas más intensas, una dosis de adrenalina a la que poder recurrir si se produjera un shock anafiláctico.
Indudablemente, la alergia severa al látex es un grave problema para todo fetichista del látex.