Lastrado de los pechos
Una de las técnicas habituales que suelen utilizarse al realizar una práctica de tortura de tetas en un juego BDSM es llamado “lastrado de tetas”, es decir: colocar pesos en los pechos de la víctima que está siendo torturada. Para realizar este tipo de práctica es fundamental, ante todo, buscar un instrumento que pueda asirse firmemente sobre la carne y en el que puedan colocarse pinzas, argollas, cuerdas o cadenas de algún tipo y de las que puedan colgarse los pesos elegidos para la aplicación de esta tortura.
Un punto de anclaje que puede utilizarse para colgar pesos en las tetas son las ventosas o los piercings, argollas o agujas clavadas. Estas últimas opciones no las recomendamos en caso alguno. De utilizarse este tipo de instrumentos deben emplearse pesos muy pequeños. Un peso mediano puede causar fácilmente desgarros en la carne. No hace falta decir que cualquiera de estos desgarros en las tetas puede resultar extremadamente dolorosos.
Los pesos pueden colocarse de manera que cuelguen de toda la teta, aunque lo habitual es reducir la superficie de lastrado a los pezones y areolas.
Las finalidades del acto de colgar pesos de las tetas pueden ser muy variadas. Hay quien utiliza el lastrado del pecho con finalidad estética. La simple contemplación de una deformación transitoria de los senos puede resultar muy excitante para muchas personas. Otras personas, por su parte, utilizan el lastrado de mamas como una manera muy particular de modificar la apariencia personal. Si realizamos muchos ejercicios de lastrado de pezones conseguiremos que estos pezones se alarguen. En último lugar, una finalidad muy evidente del lastrado de tetas es el de producir dolor a la persona cuyos pechos son sometidos a tortura. Este dolor es parte del tormento y, como tal, muy apreciado tanto por la persona dominante encargada de elegir y colocar los sistemas de anclaje y los pesos elegidos como por la persona sumisa que presta sus pechos para que sean debidamente atormentados.
Pinzas para colgar pesos de las tetas
Lo más habitual, a la hora de lastrar los pechos, es utilizar las pinzas como anclajes. Estas pinzas pueden ser de madera (como las pinzas tradicionales de tender la ropa) pero pueden, también, ser más sofisticadas. La sofisticación de una pinza para colgar pesos de las tetas alcanza su máximo esplendor en el caso de la pinza japonesa.
La pinza japonesa permite no sólo aplicar un peso determinado a un pezón. También permite la conversión de ese peso en una presión sobre el pezón, que recibe un “pellizco” más intenso por parte de la pinza. Hay un dolor de tracción que se suma a un dolor de tenaza. Ambos interactúan de manera directamente proporcional. Por otro lado, cuanto mayor es la fuerza ejercida por la tenaza, mayor es el peso que puede colocarse en este diabólico instrumento que es la pinza japonesa.
Para ser efectivo, una pinza para pezón debe agarrar una importante parte de él. Si esa pinza llega a la base, allá donde comienza a diluirse en la areola, la sujeción será la apropiada y los pesos podrán colocarse sin hacer que el dolor llegue a ser excesivo.
Para colocar el peso, lo ideal es ir colocándolo poco a poco, impidiendo en todo momento que la pinza resbale sobre el pezón. Una pinza resbalando sobre el pezón al tiempo que ejerce su presión sobre él causa un dolor ciertamente indeseable. También hay que evitar que los pesos caigan libremente. Al colocarlos, hay que sujetarlos con la mano y llevarlos poco a poco hacia su punto máximo de caída.
La presión que la pinza ejerza sobre el pecho debe ser, justamente, la necesaria. Ni muy intensa ni muy floja. Debe permitir que se cuelguen los pesos, sí, pero también que la pinza sea quitada, sin causar dolor, en un cortísimo período de tiempo. La pinza debe poder quitarse de una manera sencilla y muy, muy rápido.
¿Qué postura escoger para jugar al lastrado de las tetas? Sin duda, aquélla en la que los pezones puedan colgar libremente. A cuatro patas es una buena postura. También tumbada boca abajo, si se dispone de una camilla especialmente diseñada con dos huecos en su superficie para dejar que las tetas cuelguen desde ellos. Si no se opta por estas opciones, lo mejor, lógicamente es que la sumisa cuyas tetas van a ser torturadas esté sentada.
Pesos para colgar de las tetas
¿Pueden utilizarse objetos cotidianos a la hora de colgar pesos de las tetas? Por supuesto. Grapadoras, llaveros, velas, candados… cualquiera de estos objetos puede servir para lastrar los pechos siempre que su peso no supere los 200 gramos. Una buena opción es utilizar plomos de pesca. En las tiendas dedicadas a la pesca se pueden conseguir plomos de distintos tamaños y pesos que, además, permiten una fácil combinación entre ellos.
Los sexshops también son una buena opción a la hora de buscar pesos para colgar de las tetas. En estos centros especializados podrás encontrar pesos de diferentes tamaños, medidas, materiales, pesos y formas que te permitirán explotar al máximo todas tus capacidades imaginativas.
Una vez colocados los pesos, la opción de bambolearlos puede resultar muy sugerente. Prueba a realizarlo de manera moderada. Los pechos son órganos sensibles, ya lo sabes, y cualquier exceso que se cometa con ellos puede causar un gran dolor. Evitar ese dolor extremo es responsabilidad máxima de quien ejecuta cualquier tipo de tortura erótica sobre el cuerpo de un sumiso o sumisa.