Juguetes para el sado
Hay muchas opciones cuando se trata de encontrar juguetes para jugar con tu polla o tus cojones. De hecho, casi podrías jugar con ellos sin ningún equipo especial, pero debes reconocer (y la práctica hará que lo hagas) que gran parte de la diversión de los juegos de BDSM radica en la adquisición y prueba de nuevos juguetes.
Que existe una importante industria basada en la producción de juguetes para jugar con pene y testículos es algo que ya sabes. Tiendas especializadas, venta por catálogo o compras on line son algunas de las opciones que se te presentan para adquirir alguno de estos juguetes. Todos ellos saben de la fascinación que originan estos dispositivos de uso genital y todos han procurado ofrecer una amplia gama de juguetes de este tipo a los que, como tú, sois potenciales compradores de dichos dispositivos. Bien sea para potenciar y hacer más intensa y duradera tu erección, bien para experimentar nuevas sensaciones, hay múltiples juguetes eróticos con los que experimentar. Te citamos a continuación algunos de ellos.
Pinzas de cocodrilo
Estos pequeños demonios se pueden encontrar en cualquier tienda de electrónica o de hardware. Hay mucha variedad de tipos y, sobre todo, una amplia gama de niveles de fuerza en sus resortes. Esto siempre debe tenerse en cuenta, pues algunos de ellos pueden ser demasiado fuertes para jugar con tu polla o tus cojones. Los dientes afilados de algunas de estas pinzas también pueden ser un problema. Has de saber exactamente lo que la piel de tus genitales puede soportar sin ser dañada peligrosamente.
Para hacerlo, puedes experimentar probando con la membrana de piel que hay entre tus dedos, aunque debes tener en cuenta que esa piel, pese a tener la misma consistencia que tu bolsa escrotal, es un poco más resistente que ella. Por ello, lo que no puedas soportar en esa membrana entre los dedos no intentes aplicarlo a tus pelotas.
Separadores de testículos
Básicamente un cockring, pero con la adición de una correa que viene de la base del escroto y que sirve para, además de separar el pene de los testículos, separar también un testículo de otro con otro aro. Con esta separación se consigue retrasar la eyaculación y, al mismo tiempo, aumentar la sensibilidad de la zona y, con ello, el placer que puede proporcionar, por ejemplo, cada roce de la lengua sobre los testículos.
Los separadores de testículos acostumbran a llevar botones de presión para conseguir un ajuste perfecto de los mismos.
Anillos para testículos
Como el propio nombre indica estos dispositivos son eso: un anillo con el que rodear los testículos. Una correa de caucho o cuero contrae la parte superior del escroto, como si intentara separar las bolas del resto del cuerpo. Ya que esta piel es muy elástica, tus bolas pueden ser estiradas. El efecto psicológico de este estiramiento puede fundamentarse en la sensación de temor. La sensación física es a menudo la de una especie de pseudo-castración. Como si tus testículos fueran a ser arrancados de tu cuerpo.
Este juego debe ser practicado con moderación y sumo cuidado. Un uso indebido o demasiado prolongado podría provocar una rotura de algún tejido del saco escrotal. De esa rotura podría derivarse una distensión permanente de los tejidos.
Tornillo de bolas
Este juguete consiste en una barra que se aprieta hacia abajo lentamente con unas tuercas de mariposa o unos tornillos con la finalidad de comprimir y “aplastar” los testículos. Existe una última versión de este juguete que, fabricada en plexiglás, te permite observar cómo se aplana el saco escrotal.
Lógicamente, el aplastamiento de los testículos debe ser algo casi simbólico y, en cualquier caso, muy leve. Cualquier aplastamiento que vaya más allá de lo racional provocará daños permanentes en los testículos.
Brochetas de bambú
Antes de nada diremos que estas brochetas no deben ser utilizadas a modo de piercing. Generalmente se utilizan para golpear pene y escroto o para acariciar con su punta el tejido de ambos. Debes tener cuidado con estos instrumentos, en apariencia tan inofensivos. Según con la dureza con la que golpees con ellos puedes causar ronchas o incluso habones.
Las agujas de tejer más finas también pueden servir para jugar a este juego y causar efectos similares. Eso sí: nunca insertes ninguno de estos instrumentos en la uretra. No están destinados a ello. Para ello ya existen los catéteres.
Los catéteres
Se venden en casas de suministros médicos. Estos largos tubos de plástico están diseñadas para ser insertado en la uretra y la vejiga con el fin de drenar la orina directamente de la vejiga. Estos deben ser médicamente estériles y no pueden ser reutilizados bajo ningún concepto. Para iniciarse en el uso de estos instrumentos, lo mejor es aprender de alguien que ya lleve tiempo utilizándolos. Hay que tener en cuenta que todo lo que se inserte en la uretra origina, en mayor o menor medida, un riesgo de infección. También puede provocar rasguños y daños en los tejidos, así como afectar indirectamente al funcionamiento de los riñones. Incluso en los hospitales suceden casos así. Por eso debes extremar las precauciones y dejarte guiar por alguien muy experto.
Vendas para los ojos
El vendaje para los ojos es imprescindible en cualquier escena BDSM. La privación de la vista crea incertidumbre y misterio en el sumiso, algo que le va muy bien al juego. La imaginación debe ponerse en marcha para que el juego funcione y vendar los ojos es un recurso fantástico para facilitar dicha tarea.
Placas de mariposas
Las placas de mariposas son generalmente de espuma desechable o tablones de corcho. Aunque su finalidad principal es crear un muestrario de mariposas disecadas y pinchadas para ser expuestas, en los juegos BDSM estas planchas o tablones servirán para, una vez estirada la piel de escroto, fijar a éste con agujas estériles a dicha tabla. Esto, claro, no debe ser realizado nunca por una persona sin experiencia. Las infecciones del escroto pueden resultar muy graves. Si estás pensando en incluir esta práctica en tus escenas BDSM, busca a un jugador experto y que él o ella te enseñen. Éstas son cosas que no se pueden aprender en los libros ni siguiendo los cuatro consejos de un manual.