El pecho femenino: territorio sensible
La pasión es eso: que poco a poco se disparen las pulsaciones, que las endorfinas fluyan como un torrente desbordado y que el cuerpo pida más y más. Ese más pueden ser, ¿por qué no?, unos azotes, un golpe ligero, cualquier pequeño impacto que fomente la generación de adrenalina y el incremento del nivel de sensibilidad de la zona que esté siendo azotada o golpeada.
Este tipo de golpes, que acostumbra a estar dirigido a las nalgas, también puede destinarse a los pechos. Los pechos son más resistentes de lo que parecen. Y, con todas las prevenciones posibles, pueden ser golpeados para conseguir incrementar el nivel pasional del encuentro erótico.
Golpear los pechos, como toda práctica que pueda considerarse propia o cercana al universo BDSM, debe ser una práctica pactada entre los participantes en la escena. Que deba ser pactada implica, también, que la práctica debe venir avalada por la existencia de una o unas safewords o palabras de seguridad que sirvan para reducir la intensidad o el ritmo de los golpes o, directamente, para detenerlos y ponerles fin.
Indudablemente, los golpes en los pechos deben ser realizados con una intensidad que debe ser menor, por ejemplo, a la que se emplee para golpear zonas menos sensibles y resistentes a los golpes como pueden ser, por ejemplo, las nalgas. A la hora de golpear los pechos es importante empezar golpeando de manera suave para, a partir de ahí, ir incrementando poco a poco la fuerza con la que se propinan los golpes.
A la hora de calibrar o tener en cuenta la sensibilidad de los pechos femeninos hay que valorar el hecho de que dicha sensibilidad varía manera importante. No siempre es la misma la resistencia al dolor en una misma mujer. Aquélla varía alrededor de las fechas en que tiene lugar la menstruación. Los pechos y pezones femeninos suelen mostrarse más inflamados y, por tanto, sensibles, durante la semana anterior a que se produzca la menstruación. Justo después del período (y hasta que pasen dos semanas) es la mejor época para ejecutar esta práctica erótica de los golpes en los pechos.
Algo que nunca hay que olvidar es que el umbral del dolor de cada persona está situado en un lugar distinto. Hay pechos más y menos sensibles. Por regla general, los pechos pequeños son más sensibles que los pechos más grandes. La grasa juega en contra de la sensibilidad, tanto para el placer como para el dolor. Lógicamente, si los pechos poseen algún problema de salud (el ser poliquísticos, por ejemplo) son más sensibles que aquellos pechos que no poseen ninguna alteración morfológica que afecte a su sensibilidad.
Técnica del golpe en los pechos
Dentro del pecho, hay que saber que el pezón es una parte de él especialmente sensible. La sensibilidad del pezón acostumbra a ser paralela a la del pecho en sí. Un pecho sensible tendrá un pezón sensible. Por el contrario, el pezón de un pecho poco sensible será un pezón no excesivamente sensible. En ambos casos, no obstante, el pezón siempre es más sensible que el resto del pecho, por eso hay que procurar golpear en una zona que esté algo alejada de él. Golpear directamente sobre el pezón puede resultar excesivamente doloroso y el dolor no es el objetivo de estos juegos.
Para dar un golpe en los pechos hay que utilizar una técnica muy precisa. El fundamento de ésta es dejar los dedos sueltos. La flexibilidad del golpe debe jugar a favor de la suavidad del mismo. Debe sonar y resultar visualmente impactante, pero no debe causar dolor. Si el umbral del dolor de la mujer es un poco más alto, el golpe en los pechos puede propinarse con la palma o el revés de la mano. Utilizar juguetes eróticos como la fusta o la pala, así como algún objeto casero, puede ser una buena manera de ensayar nuevos tipos de golpes y sensaciones distintas.
El golpe en los pechos debe realizarse siempre de arriba hacia abajo. Magrear el pecho, acariciarlo, e introducir el golpe en el mismo un poco por sorpresa es la mejor manera de introducir el golpe en los pechos.
Para golpear los pechos hay que dejarlos libres. El movimiento del pecho no puede limitarse ni con las manos ni con ningún tipo de atadura bondage o shibari. Si el pecho no puede desplazarse, los tejidos internos del mismo son los que reciben todo el impacto, lo que puede causar daños internos en el seno.
Mantener un cierto ritmo durante la ejecución de los golpes es importante para mantener e incrementar la excitación. Tal y como vaya subiendo ésta irá aumentando la resistencia al dolor, lo que permitirá un incremento del ritmo o de la fuerza del golpe. Éste deberá realizarse, siempre, garantizando que las uñas de la mano que golpea están bien cuidadas y correctamente recortadas. Un corte con una uña puede resultar muy molesto y doloroso para un pecho.
Tras una sesión de golpes eróticos controlados en los pechos puede aparecer en éstos algún pequeño bulto. Ese bulto desaparecerá en pocos días, al igual que las abrasiones que se hayan podido producir en él. Si no sucediera así, acude a un centro médico.
Siempre podrás encontrar quien te diga que golpear los pechos femeninos puede, a la larga, favorecer la aparición del cáncer de mama. Quien te diga eso miente. No existe argumento científico alguno que relacione la existencia de un golpe en un pecho con la aparición de un cáncer de mama en dicho pecho. Realizados con mesura y siempre dentro del ámbito de la relación sexual, los golpes eróticos en los pechos pueden resultar muy excitantes. Compruébalo.
Ofrecer los senos a las caricias duras del amante es un acto de confianza posiblemente superior al de ofrecer el escroto y el pene a la boca dentada del o de la amante. Unos pechos correctamente masajeados y endurecidos por bofetadas y golpes suaves con los puños y latigazos es una de las actividades sexuales mas excitantes. Lo es para quien propina el tratamiento y lo es para quien lo reciba. Los latigazos pueden ir a mas o a menos según lo pactado. Pueden detenerse al primer aviso o continuar con un “más, quiero más” hasta dejar marcas delebles. Unos pechos cruzados con lineas enrojecidas por una vara o una cinta realzan su excitación. Su entumecimiento controlado también endurece los músculos pectorales. La mujer que quiera mantener los pechos firmes puede practicar la halterofilia además de esa particularidad de bdsm.