¿Qué es el squirt?
Hablar de sexualidad implica en demasiadas ocasiones el tener que realizar una tarea previa de demolición. Esa tarea de demolición se centra principalmente en el derribo de gran parte de las imágenes y los estereotipos que la industria pornográfica ha dejado en nuestras retinas dejando dentro de nosotros una idea errónea sobre lo que es el sexo, las relaciones sexuales y el comportamiento natural del cuerpo humano. Una de esas imágenes que ha maleado nuestra concepción de lo que es la fisiología femenina es la del squirt, es decir, la de la expulsión de una cantidad variable de fluido producido por las glándulas de Skene de algunas mujeres durante el orgasmo. O sea: la eyaculación femenina.
¿Qué cantidad de fluido es ése que las mujeres pueden segregar durante su eyaculación? Los diferentes estudios realizados apuntan a que varía mucho de unas mujeres a otras. De hecho, y según los más diferentes estudios, no todas las mujeres segregan dicho fluido en sus orgasmos. Hay estudios que hablan de porcentajes que oscilan entre el 10 y el 69%. Otros cifran los porcentajes entre el 10 y el 54%. En definitiva, lo único que está claro es que no todas las mujeres producen el fluido que origina el squirt o eyaculación femenina ni siempre se produce dicho líquido en la misma cantidad. Según algunos autores, la cantidad de fluido que compone el squirt varía entre los 4 y los 50 mililitros. Lo que se observa en las películas porno es, pues, algo exagerado debido directamente a la realización de un truco cinematográfico.
Fisiología de la eyaculación femenina
Aceptando que la eyaculación femenina existe pero que, existiendo, no es en caso alguno como se contempla en el cine porno, vamos a analizar cómo se produce o cómo parece producirse. Algunos sexólogos apuntan a que ese líquido que se expulsa en el momento de la eyaculación femenina se va acumulando conforme aumenta la excitación en la zona que algunos autores denominan “próstata femenina” y que está formada por las glándulas uretrales, las parauretrales y el conducto de Skene. Esos mismos sexólogos apuntan a que el fluido que es segregado durante la eyaculación femenina es expulsado al exterior debido a la combinación de dos factores: al aumento de la presión en la “próstata femenina” y las contracciones propias del orgasmo.
Estos dos factores, combinados, provocarían la expulsión de un líquido que, siendo incoloro e inodoro, tiene entre sus componentes lo que se conoce como antígeno prostático específico (PSA), un componente que también se encuentra en las segregaciones prostáticas masculinas. Junto al PSA, también la fosfatasa ácida prostática y la creatina y restos de urea presentes en la uretra formarían parte de la composición de ese fluido que es expulsado durante la eyaculación femenina.
Estos componentes no deben hacernos pensar, sin embargo, que el fluido expulsado en la eyaculación femenina sea como el líquido seminal. Dejando aparte, lógicamente, los espermatozoides, el líquido seminal posee una serie de componentes que no existen en el fluido que el cuerpo de la mujer segrega durante su eyaculación. Esos componentes son el zinc, la fructosa o la albúmina.
Desmitificando el squirt
Sabiendo esto hay que grabarse en la memoria la siguiente frase: el placer femenino puede existir sin eyaculación. De hecho, existe. Por eso la mujer no debe obsesionarse por alcanzar la eyaculación. Sí parece que sería más fácil lograrla si se estimula convenientemente tanto el clítoris como el punto G. De hecho, algunos maestros tántricos o de otras disciplinas orientales más o menos eróticas proponen una serie de pasos y técnicas para alcanzarla. En cualquier caso, lo importante, como hemos señalado, es no obsesionarse con alcanzar dicha eyaculación.
Al placer puede llegarse por muchos caminos. Conocer el propio cuerpo, saber de qué modo experimenta mayor placer y saber las acciones y el ritmo que hay que hacer servir para proporcionárselo es la mejor manera de enfrentarse a la sexualidad y a su disfrute. Como se dice en tantas ocasiones, establecerse estándares de película porno para disfrutar del sexo sólo puede conducir a la insatisfacción. Los trucos de la industria del porno son muchos. En el caso de la eyaculación femenina, también.