¿Cómo utilizar las esposas en los juegos BDSM?

Inmovilización con esposas

La inmovilización es una de las prácticas más habituales en el BDSM. Ésta suele realizarse con cuerdas o cintas, pero existe un instrumento que, con un marcado carácter fetichista, puede resultar muy útil en las prácticas de inmovilización. Ese instrumento son las esposas. Las podemos encontrar de muchos tipos: metálicas como las que utiliza la policía para inmovilizar las manos de los detenidos, de piel de ante o seda o realizadas con tejidos con diseños y estampados que pueden recordar la piel del león o la del leopardo. Incluso podemos encontrar lo que se conoce como esposas para pulgares o thumbcuff. Este tipo de esposa puede utilizarse tanto en los dedos de la mano como en los dedos de los pies. Utilizadas en los pies, estas esposas dificultan el desplazamiento del sumiso o esclavo.

Las esposas resultan muy vistosas y, sin duda, dan mucho juego en las prácticas BDSM y también en aquellas prácticas “vainilla” a la que se le quiere dar un toque especial. Las parejas que, por ejemplo, quieran adentrarse en el excitante mundo de los juegos de rol pueden utilizarlas para jugar al policía y la ladrona (o a la policía y al ladrón), al secuestro o a cualquier otro juego que acepte la inclusión de lo erótico sin entrar directamente en los terrenos del BDSM.

Combinar el uso de las esposas con el uso de otro tipo de complementos para juegos BDSM puede resultar muy efectivo y excitante. Por ejemplo: imagina hasta qué punto se deben volver sensibles a cualquier tipo de estímulo una persona que, además de esposada, tiene tapados los ojos. Combinar esposas con antifaces, máscaras o capuchas, pues, puede ser una buena idea para enriquecer tus prácticas sexuales, bien tengan que ver éstas con el universo BDSM bien posean una funcionalidad enriquecedora de cualquier tipo de relación “vainilla”.

Lo que no hay que olvidar nunca, tanto si las esposas se utilizan para juegos de rol dentro de una relación “vainilla” como si se utilizan dentro de una práctica específicamente BDSM, es que hay que saber utilizarlas. Unas esposas mal utilizadas pueden causar lesiones. Unas esposas de baja calidad, también. Un borde cortante, por ejemplo, puede lacerar la piel causando una herida a la persona esposada. Por su parte, un bloqueo indeseado puede impedirnos que, en un momento de urgencia, podamos quitar fácilmente las esposas a nuestro esposado o esposada. Por eso es importante invertir siempre un poco más en la compra de unas esposas para, así, evitar alguna lesión más o menos importante en las articulaciones de las muñecas.

Seguridad al usar las esposas

¿Dónde pueden encontrarse unas esposas de calidad y que nos proporcionen la confianza necesaria para poder utilizarlas en nuestros juegos? En una armería, por ejemplo. Ahí podemos encontrar unas excelentes esposas profesionales de duraluminio, un material que se obtiene a partir de una aleación ligera de aluminio con magnesio, cobre y manganeso. Este material resulta tan duro como el acero y posee una gran resistencia mecánica, lo que lo convierte en un material ideal para este tipo de juguetes eróticos. Otra buena opción a la hora de comprar unas esposas para juegos eróticos de inmovilización es buscarlas en un sexshop de confianza.

Tanto si deseas comprar tus esposas para BDSM o para juegos eróticos en una armería como si deseas hacerlo en un sexshop, debes buscar unas esposas dotadas de mecanismo de doble bloqueo. ¿Qué se consigue con este mecanismo? Se consigue evitar que el esposado, al debatirse contra las esposas, pueda apretarlas demasiado. Unas esposas para BDSM colocadas correctamente tendrán, siempre, una cierta holgura entre ellas y la piel y carne del esposado. Esa holgura debe ser suficiente para que entre las esposas y la carne quepa el dedo meñique. Apretar más las esposas sólo puede servir para causar una lesión.

Al colocar las esposas para BDSM al esposado debe activarse el bloqueo de las mismas. Para que el sistema de doble bloqueo funcione correctamente hay que probar las esposas con una cierta regularidad. Esas pruebas regulares servirán para evitar que éstas puedan trabarse en un momento determinado imposibilitando su fácil apertura.

Dentro de las esposas de metal también podemos encontrar las esposas de cadena y las esposas de bisagra. Las primeras tienen su punto débil en los eslabones de la cadena que une ambos grilletes. Las segundas, por su parte, son muy valoradas por las fuerzas policiales, ya que facilitan la conducción de los detenidos cuando éstos no colaboran con la misma.

Para evitar que se puedan producir lesiones al utilizar las esposas en los juegos BDSM o en los juegos eróticos hay que evitar realizar cualquier tipo de suspensión. Una suspensión realizada con esposas puede provocar una grave lesión en los nervios de las muñecas o los tobillos. Otras prácticas que no deben realizarse tampoco son, por ejemplo, hacer dormir a la pareja con las esposas puestas o golpear las muñecas con las esposas. Esta segunda práctica puede ocasionar una rotura del escafoides. La primera, algún tipo de problema circulatorio.

Quien quiera introducir las esposas en sus juegos eróticos puede, por ejemplo, inmovilizar los brazos de su pareja esposando sus manos a la espalda tal y como hacen los policías cuando esposan a algún detenido. Al esposar las manos a la espalda se puede optar por dos opciones de esposado: con las palmas de las manos enfrentadas la una a la otra o con las palmas de la mano hacia fuera. Ser esposado con las palmas de la mano hacia fuera resulta siempre menos cómodo para el esposado que ser esposado con las palmas de las manos enfrentadas. Quien inmovilice a la pareja sirviéndose de unas esposas BDSM deberá optar por una u otra opción.

Finalmente, si deseas introducir las esposas BDSM en tus juegos eróticos o en tus prácticas BDSM debes cuidar de que las llaves para abrir las esposas estén siempre a mano. Una buena manera de evitar que, en un momento dado, no encontremos las llaves es hacer una copia de las mismas. Eso nos puede ahorrar algún tipo de problema o, cuanto menos, alguna situación incómoda e indeseable.

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