Si hay alguien que ha elevado la plasmación del fetichismo de los pies y las piernas a la categoría de arte ése es el fotógrafo estadounidense Elmer Batters. Nacido en noviembre de 1919 y fallecido en junio de 1997, Batters es una de las estrellas indiscutibles de la fotografía fetichista. Si autores como Nobuyoshi Araki o Hikari Kesho se han convertido en iconos de la fotografía erótica gracias a una obra centrada en contenidos propios del bondage o del shibari, o nombres como el de Jonatha Leder o el de Alva Bernadine se han convertido en nombres estelares de la fotografía fetichista en general en el caso de Leder y de la fotografía fornophílica en el de Bernadine, el de Elmer Batters es indisociable de ese fetichismo tan extendido entre los fetichistas de todo el mundo como es el fetichismo de los pies.
Al dejar tras de sí una excelente obra fotográfica en la que pies, piernas y panties se convertían en contenido principal de la misma, Elmer Batters unía su nombre al de otros insignes artistas que se han reconocido como auténticos fetichistas del pie. Entre estos personajes ilustres que se han reconocido pública y reiteradamente como podófilos podemos encontrar a Quentin Tarantino y, en el caso de que el pie vaya acompañado de un elegante y sensual zapato con tacón de aguja, a Luis García Berlanga. Como vemos, dos cineastas, es decir, dos profesionales de la imagen. Y es que, sin duda, en el fetichismo de los pies y las piernas, más allá de los componentes táctiles (sin duda indudable en todas aquellas personas que hagan de la caricia del pie un instante sublime de placer y erotismo), intervienen con notable fuerza los componentes visuales.
Elmer Batters empezó a indagar y a aprovecharse de la fortaleza visual de esos componentes ópticos desde que empezara a realizar fotografías. Rápidamente los pies preferiblemente cortos y tirando a anchos, con el empeine alto y curvado y unos dedos regordetes comenzaron a convertirse en los protagonistas absolutos de una fotografía que iba a adquirir un tono personalísimo.
Al iniciar su actividad profesional, allá por la década de los cuarenta, Elmer Batters fundó la revista Man´s Favourite Pastime. En aquellos tiempos, especialmente moralistas y mojigatos, no tardó en tener problemas con Unidad de Asuntos Morales del Departamento de Policía de los Ángeles. Acusado de obscenidad y perversión, Batters tuvo que pasar por los tribunales. También tuvo que hacerlo en los cincuenta y en los sesenta, por lo que, finalmente, decidió no impulsar más publicaciones y colaborar con títulos como Leg-O-Rama, Nylon Doubletake o Black Silk Stockings.
Elmer Batters realizaba en muchas ocasiones sus fotografías en su propia casa. Para ello acostumbraba a utilizar modelos no profesionales a las que conocía en la calle o con las que contactaba sirviéndose de algún anuncio. Batters, que tenía también el laboratorio en el propio garaje de su casa, acostumbraba a realizar sus fotografías fetichistas en escenarios poco glamurosos. El desierto o un automóvil podía servirle para enmarcar ese bello pie o esa pierna sensual cubierta por el nylon de una pierna que a él tanto le había inspirado y que de manera siempre tan original y provocativa él captaba.
La relación que Elmer Batters mantenía con las piernas puede simplificarse en una frase que ejemplifica todo su fetichismo. Esta frase, escrita por el mismo Batters, es la siguiente: “como es sabido, las piernas están para andar, bailar y amar; pero también se dirigen a quienes se sienten fascinados por ellas, en un lenguaje tan elocuente como la poesía”.
Esa concepción poética que de la belleza de la pierna y el pie femeninos tenía Elmer Batters y su maestría y originalidad al fotografiarlos no sirvió para que fuera considerado durante gran parte de su vida como un fotógrafo artístico. Sólo al final de sus días, cuando la revista Leg Show rescató alguna de sus viejas imágenes, Elmer Batters fue considerado el gran artista que en verdad era. Se iniciaba, con las fotos de Leg Show, el tiempo del desagravio. From the tip of the tocs to the top of the hose, un libro editado en 1995, y Legs that dance to Elmer’s tunes, obra editada en 1997, el mismo año de la muerte de Batters, sirvieron para llevar la fotografía de Elmer Batters al gran público.
Tras su muerte, las exposiciones de su obra se han ido multiplicando en diferentes lugares de todo el mundo. Entre ellos, el Centro de Arte Reina Sofía. Nosotros te ofrecemos unos cuantos bocados de la obra fotográfica de Elmer Batters. Si eres un auténtico fetichista de los pies seguro que disfrutas contemplando estas bellas y sensuales imágenes.