De la atracción hacia menores
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.”
Imposible olvidar un arranque de novela como éste. Es el inicio de la novela Lolita, del autor de origen ruso nacionalizado estadounidense Vladimir Nabokov. En ella, Nabokov cuenta la historia de Humbert Humbert, profesor de literatura francesa y que tiene una obsesión sexual: las muchachas pubescentes, es decir, que aquéllas que se encuentran en el inicio de la adolescencia o, dicho de otro modo, de la pubertad.
El éxito y la calidad de la novela de Nabokov, catalogada como una de las grandes obras de la literatura universal, hizo que el término “lolita”, entendido como sinónimo de “preadolescente muy seductora”, se convirtiera en un término de arraigo mundial. Basta con introducir el término “lolita” en los buscadores de pornografía para contemplar imágenes eróticas y pornográficas de jóvenes que apenas parecen salidas de la adolescencia.
Entendida como una especie de fetichismo, esta atracción por una joven de una edad determinada, podría integrarse en una serie de parafilias a las que se les conoce con el nombre de cronofilias.
Acuñado por el psicólogo neozelandés especializado en sexología John Money, el término cronofilia hace referencia a esa parafilia en la que el rango de edad se convierte en un propósito de atracción sexual.
¿Qué son las cronofilias?
Dentro de la cronofilia podemos encontrar los siguientes tipos de parafilias o, si lo preferís, de fetichismos sexuales:
- Pedofilia. El pedófilo, perseguido legalmente, siente atracción sexual por niños pre-pubescentes.
- Infantofilia o Nepiofilia. Esta parafilia, perseguida también legalmente, identifica a aquella persona que siente atracción sexual por niños de entre 0 y 5 años de edad.
- Hebefilia. Con el nombre de hebefilia se conoce la atracción sexual hacia personas que se encuentran en la primera fase de su pubertad. El hebefílico siente atracción, pues, por personas de entre 11 y 13 años.
- Efebofilia. Esta parafilia se caracteriza por la atracción hacia adolescentes ubicados en la adolescencia media o tardía. El objeto del deseo del efebofílico tiene una edad que oscila entre los 14 años y los 19. No siendo considerada exactamente parafílica, la efebofilia es entendida más bien como un fetichismo.
- Teleiofilia. Con este nombre hablamos de la atracción que experimenta el menor o el adolescente hacia un adulto.
- Gerontofilia. Así se conoce la atracción sexual de una persona joven hacia personas de la tercera edad.
Como hemos visto, de entre todas las atracciones sexuales de las que hemos hablado sólo la efebofilia es considerada un fetichismo. La efebofilia no es considerada por los psicólogos una enfermedad. Como todo fetichismo, sólo cuando se convierta en una obsesión que interfiera en otras áreas de la vida o causara angustia al sujeto en sí, el efebófilo puede ser considerado un enfermo.
El término de efebofilia proviene de dos términos griegos: efebo (que es el joven que ha llegado a la pubertad) y filia (que significa amor). La primera vez que se utilizó fue en 1906 y lo hizo el científico alemán Magnus Hirschfeld.
La efebofilia ha sido parte sustancial de muchas culturas. Las literaturas turcas, urdu y persas muestran múltiples ejemplos de atracción por jóvenes adolescentes. En determinadas culturas, esa atracción no es considerada exactamente homosexualidad. Aunque si hay una obra en la que la efebofilia se convierte en tema principal de la misma es la novela escrita en 1912 por el Premio Nobel de Literatura Thomas Mann La muerte en Venecia. Esta excelente novela cuenta el drama interior que vive un maduro escritor alemán que llega a Venecia buscando inspiración y que se siente irremediablemente atraído por Tadzio, un adolescente polaco de turbadora belleza. Luchino Visconti, el célebre cineasta italiano, realizó una versión de La muerte en Venecia en la que utilizó como banda sonora la Sinfonía nº 5 de Gustav Mahler.
En nuestra sociedad occidental, por el contrario, la efebofilia está mal vista, criticada y contra ella suelen esgrimirse diferentes argumentos. Los principales son:
- Uno: que algunos adolescentes no poseen la capacidad de entender las consecuencias físicas, emocionales y sociales de las relaciones sexuales.
- Dos: que la relación sexual entre un adulto y un adolescente puede derivar en una situación de abuso de poder.
Muchos efebófilos consideran que la legislación debería cambiarse para, así, considerar al adolescente como una persona con voluntad propia.