Sensaciones bondage
Al hablar de bondage hay que tener siempre presente que el tipo de cuerda es fundamental a la hora de determinar el tipo de sensación que experimentará la piel cuando esté en contacto con ella. No será la misma la sensación que la piel experimente al ser rozada por una cuerda de nylon que al serlo por una cuerda de, por ejemplo, algodón.
¿Qué materiales son aquéllos que acostumbran a utilizarse para realizar cuerdas para bondage? ¿Cuáles son los más apropiados para cada tipo de juego? ¿Cuáles son los que menos problemas de abrasión y roce de la piel ocasionan? ¿Qué cuerdas para bondage permiten un cierto movimiento del sumiso? ¿Cuáles son las más indicadas para conseguir la completa inmovilización de éste? El material empleado en la elaboración de las cuerdas para bondage determinará el uso que se le dé a la misma y su seguimiento por parte de todos los amantes del bondage.
Materiales para cuerdas para bondage
Los principales materiales que se suelen utilizar para las cuerdas para bondage y shibari (bondage japonés) son los siguientes:
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Nylon
Liso, suave, con una textura casi sedosa: así es el nylon, este polímero sintético descubierto en 1935 y patentado en 1938. Si tenemos en cuenta que, además, este tipo de cuerda es fuerte pero no erosiona la piel, puede encontrarse en cualquier tienda y permite una cierta lucha por parte del sumiso (lo que puede resultar muy apropiado para inyectar un poco de “ardor” a la escena) nos encontramos con que el nylon es uno de los mejores materiales para elaborar las cuerdas para bondage. La impermeabilidad y el hecho de que pueda lavarse y plancharse (a la temperatura adecuada) son, también, que juegan a favor del nylon como material preferido para las cuerdas para bondage.
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Algodón
Cuerdas de algodón de entre 6 y 15 metros de largo y de entre 8 y 12 mm de diámetro de algodón son, a falta de las cuerdas de arroz o yute utilizadas tradicionalmente por los japoneses amantes del shibari, unas cuerdas para bondage bastante apreciadas, sobre todo a partir de su segundo uso. En el primero, la cuerda de algodón puede resultar excesivamente áspera y rígida. Una vez lavada y planchada, sin embargo, la cuerda de algodón, muy tradicional y, por dicho motivo, preferida por mucha gente, se vuelve más suave. La cuerda de algodón, sin embargo, está contraindicada para la realización de suspensiones. No es lo suficientemente fuerte como para garantizar la seguridad e integridad de los jugadores.
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Plástico
Hay gente que usa este tipo de cuerda para bondage, pero nosotros desaconsejamos completamente su uso. Al ser lisa se desliza con excesiva facilidad y, además, acostumbra a fabricarse con diámetros muy estrechos. La estrechez de la cuerda para bondage tiene un efecto inversamente proporcional sobre la seguridad proporcionada por la misma. A mayor estrechez, menor seguridad.
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Cáñamo
Las diferentes partes de la planta denominada cannabis sativa (no es la planta de la que se obtiene la marihuana) tiene múltiples aplicaciones. De ella se obtiene una fibra que recibe el nombre de cáñamo. Esta fibra tiene usos textiles desde hace muchos siglos. De hecho, la cuerda para bondage de cáñamo es la más auténtica. Esta cuerda es la que se empleaba en Oriente hace miles de años. Gana prestaciones y resulta más agradable al roce con la piel conforme van incrementándose las sesiones de uso. Abrasiva al principio, tras varios lavados y planchados, la cuerda de cáñamo adquiere una suavidad semejante a la del algodón, por lo que es muy apreciada por los jugadores bondage.
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Sisal
Planta cultivada en regiones semiáridas, el sisal es una planta que posee múltiples utilidades comerciales. Con la fibra de sus hojas se elaboran cuerdas y cordeles, pero también telas, sacos y tapetes. Parecido a la guita pero un poco más gruesa, el sisal es altamente abrasivo y, al contrario que sucede con el cáñamo, el lavado y planchado de la cuerda no ayudará a ablandarla. Si el deseo es inmovilizar completamente al sumiso e impedirle toda posibilidad de movimiento, la de sisal es una buena cuerda para bondage. El sumiso atado con una cuerda de sisal no forcejeará pues, si lo hace, sufrirá dolorosas abrasiones en la piel. Estas características propias de la cuerda de sisal (y de la de cáñamo si no está lavada y planchada) la convierten en una cuerda para bondage sólo apta para jugadores con experiencia.