El collar, símbolo de una relación
Que el collar es uno de los elementos esenciales del BDSM es algo que puede fácilmente imaginarse, pero el BDSM tiene sus propios rituales y cada ritual exige su propia representación iconográfica y simbólica. Por eso hay varios tipos de collar BDSM. ¿Cuáles son esos tipos? Las voces más autorizadas señalan que hay tres tipos de collar BDSM: el collar de la consideración, el del entrenamiento y el del esclavo.
Collar de la consideración
El primero de los collares BDSM es el collar de la consideración. Este collar se entrega cuando se atisba una relación que puede dar sus frutos. Una tobillera, una pulsera, una cadenita de cintura o algún tipo de cadena semejante pueden servir para señalar esa consideración especial que alguien dominante tiene sobre alguien sumiso.
El collar de la consideración, que acostumbra a tener un detallito azul, demuestra el interés del dominante por el sumiso. No es un regalo que se ofrezca porque sí: demuestra una seria intención. Y marca territorio. Quien observa ese collar sabe que la persona que lo lleva está iniciando una relación. Por eso debe mantenerse alejado, sin interferir en la marcha de dicha relación aunque se asuma que las relaciones pueden ser frágiles y que el collar no es señal de un compromiso eterno.
El collar BDSM de la consideración es propiedad del dominante. Si la relación no cuaja, la parte sumisa está obligada a retornarlo a la parte dominante. Será ésta quien decida si acepta la devolución o no. La parte sumisa puede quedarse cualquier regalo que haya recibido de parte de la parte dominante, pero no el collar. Quedarse con el collar descalificaría a la parte sumisa ante los ojos de otros dominantes.
Las reglas de la comunidad BDSM son unas reglas muy estrictas y deben ser respetadas por todos los miembros de la misma.
Collar del entrenamiento
El segundo collar BDSM es el collar del entrenamiento. Tras muchos diálogos, dominante y sumiso ya saben sus gustos, conocen sus intereses y saben lo que esperan mutuamente de una relación BDSM. Este collar suele ser de cuero, muy simple, y acostumbra a ser de color rojo o negro. Si la parte sumisa acepta este collar está indicando con su aceptación que desea mantener con la parte dominante una relación más íntima y profunda. El compromiso, si se acepta el collar BDSM de entrenamiento, debe ser más firme, y la parte sumisa debe reflejar, en su comportamiento, su devoción hacia la parte dominante.
Éste es un tiempo de instrucción. La disciplina se convierte en elemento esencial de una relación que se vuelve más intensa tanto física como mental como emocionalmente. La confianza se irá forjando poco a poco, venciendo inseguridades y desconfianzas.
Collar formal
Cuando todas inseguridades y desconfianzas se hayan vencido, cuando los lazos se hayan estrechado al máximo, el dominante entregará a la sumisa el tercer y definitivo collar BDSM: el collar formal. Con este collar BDSM se reconoce el compromiso, el cariño mutuo y, por supuesto, el respeto. El collar formal representa la confluencia de intereses y la voluntad de compartir completamente la intimidad. Este collar, tradicionalmente, es un collar hecho de cuero o de metal negro y está adornado con objetos de plata o latón. Fabricado en exclusiva para la parte sumisa, acostumbra a ser un diseño original.
La colocación del collar formal va acompañada, en muchas ocasiones, de la colocación de una serie de marcas permanentes (piercings, brandings, tatuajes, etc.) que sirven para simbolizar, también, esa relación de dominio, sumisión y, en el fondo, amor, entre la parte dominante y la parte sumisa.