El irresistible atractivo de la teta
La tortura de las tetas es una práctica muy extendida entre los amantes de los juegos BDSM. No en vano, la teta ocupa un lugar principal en el universo fetichista. Incluso el hombre no fetichista siente una atracción especial por la teta. La teta es el símbolo perfecto de la feminidad. Más allá de las lecturas psicoanalíticas que quieran hacerse de esta atracción hay que entender esta fijación por el seno como algo intrínseco a la naturaleza masculina. Por eso hay que entender como natural que el hombre sueñe con acariciarlas, besarlas, morderlas, magrearlas y, por supuesto, torturarlas. El hombre, el mismo hombre que disfruta eyaculando sobre las tetas, puede disfrutar también atando, pinzando, estirando o salpicando de cera esas mismas tetas que tanto le atraen.
Si se desea realizar cualquiera de estas prácticas, es decir, si se desea, de una manera u otra, torturar las tetas, debe conocerse perfectamente la anatomía de la teta. Sin conocerla, es demasiado arriesgado y peligroso para la salud realizar cualquier tipo de práctica que implique algún tipo de tortura.
El interior del seno
Lo primero que hay que saber sobre la anatomía del seno es que está compuesto en su mayor parte por grasa. Este tejido de tipo adiposo es el que envuelve los lóbulos y los conductos galactóforos. Los primeros son el lugar en el que se produce la leche; los segundos, los conductos que permiten que la leche llegue al pezón.
En las tetas no existe músculo alguno, a excepción de un músculo liso y circular que rodea al pezón. A este músculo se debe que los pezones se ericen al recibir un estímulo externo y él es quien se encarga de comprimir los conductos galactóforos durante la lactancia.
Dentro de la teta existen también los llamados ligamentos de Cooper. Los ligamentos de Cooper son una especie de tabiques fibrosos que cumplen una función modeladora y de andamio. Los ligamentos de Cooper, como tejidos conectivos que son, dan forma a la teta y son los responsables de su apariencia. Ellos son los que conectan la piel que cubre los senos a la clavícula y también los tejidos conectivos inferiores a los músculos pectorales. Según cómo se realiza esta doble conexión así es la forma que tiene la teta.
El tamaño y forma de la teta puede ser muy variable. Lo mismo sucede con su sensibilidad. Hay que pensar que situaciones vitales como la edad, el ciclo menstrual, el embarazo o la lactancia pueden hacer variar la proporción existente de tejido adiposo y de lóbulos mamarios. La sensibilidad de la teta aumenta progresivamente durante la segunda mitad del ciclo menstrual. Justo antes de la menstruación es cuando la teta se muestra más sensible. Una vez producida la menstruación, la sensibilidad se reduce.
A la relajación y pérdida de firmeza de los ligamentos de Cooper hay que achacar el hecho de que las tetas empiecen a colgar conforme pasan los años.
Al practicar la tortura de las tetas hay que pensar en que los ligamentos de Cooper pueden romperse. La rotura de los ligamentos de Cooper es irreversible y dolorosa. Por eso es importante realizar algún tipo de ejercicio físico que sirva para reforzar estos ligamentos. Las clásicas flexiones, los ejercicios con mancuernas y la adopción de una postura correcta que impida que los pechos cuelguen pueden ser opciones muy útiles para potenciar la fortaleza de los ligamentos de Cooper y así dificultar que pueda tener lugar algún tipo de rotura o lesión de los mismos.
La sensibilidad del pezón
La teta presenta en su superficie una zona redondeada y pigmentada que recibe el nombre de areola. En el centro de la areola está el pezón. La areola posee unas glándulas sebáceas que segregan una especie de grasa que sirve para protegerse y para proteger al pezón. El pezón, por su parte, carece de grasa y de glándulas sudoríparas. Siendo más sensible que el resto de la teta, el pezón suele experimentar una erección o endurecimiento cuando la mujer está excitada. Esta mayor sensibilidad del pezón debida a una mayor concentración de terminaciones nerviosas tanto en el pezón como en la areola hay que tenerla muy en cuenta cuando se realiza una práctica de tortura de tetas.
También hay que tener en cuenta que en el interior de la teta existen vasos sanguíneos y vasos linfáticos. Los vasos linfáticos son importantes al cumplir la fundamental tarea del drenaje linfático de la mama. La linfa drenada por los mismos va a parar en su mayor parte a los ganglios linfáticos del mismo lado. Los ganglios linfáticos desempeñan una tarea inmunológica capital destruyendo bacterias y virus. En los casos de cáncer de mama se acostumbra a extirpar los ganglios linfáticos para evitar la posibilidad de metástasis. No hace falta decir que en la práctica de la tortura de tetas hay que evitar el afectar tanto a vasos sanguíneos como a vasos linfáticos.