Sexo más allá de la habitación
La sensualidad de la pareja y su deseo mutuo no sólo debe expresarse en la intimidad de la propia habitación. Dar al sexo la oportunidad de encontrar otro escenario en el que mostrarse puede servir para oxigenar la vida sexual de la pareja y darle un nuevo aliento. Hay un montón de maneras que pueden servir para que tu pareja y tú tengáis sexo fuera de casa. De hecho, a menudo puede ser muy excitante para tener sexo en una nueva ubicación. Un cambio de escenario puede hacer sentir cosas nuevas y diferentes. Además, diferentes lugares proporcionan a menudo la posibilidad de imaginar nuevas cosas. Y la imaginación es fundamental en la vida sexual y en su riqueza.
Aceptada e interiorizada la idea de tener sexo fuera de casa hay que plantearse una pregunta: ¿dónde está el límite? Ese límite prácticamente no existe. Se puede disfrutar del sexo casi en cualquier sitio imaginable. Piensa en todas las ubicaciones a las que tengas acceso o visites de forma regular. Hay personas que aman los espacios al aire libre. Con la suficiente creatividad y determinación, es muy probable que puedas encontrar una manera de disfrutar de un juego sexual en cualquier ubicación.
Por supuesto, esto puede ser más arriesgado o más difícil de llevar a cabo en algunos lugares que en otros. Si tienes bastante limitado tu juego sexual a tu dormitorio hasta este momento, es posible que desees comenzar con algo relativamente seguro, como una habitación de hotel en un lugar romántico. O quizás prefieras arriesgar algo más y elijas un lugar tranquilo y aislado al aire libre en el que sea poco probable que seáis observados.
Muchos lugares implican el riesgo de ser sorprendidos o atrapados en una situación “poco decorosa”. Esto puede resultar muy excitante para las personas que tienen ciertas tendencias exhibicionistas.
Una de las ventajas de adoptar la decisión de ampliar el horizonte sexual y decidirse a practicar sexo fuera de casa es que, ciertamente, son pocos los límites existentes. Puedes elegir un determinado punto turístico, un lugar de destino en el extranjero, un pintoresco lugar al aire libre, un edificio público… Cualquier lugar puede ser muy propicio a vuestros juegos. El grado de exhibicionismo que queráis dar a vuestras relaciones determinará el lugar que elijáis. Convertir vuestros juegos sexuales en un espectáculo para terceros puede ser una excitante manera de aprovechar el sexo fuera de casa para insuflar nuevas energías y nuevos estímulos a vuestra vida sexual.
Después de todo, las manifestaciones públicas de afecto no sólo son románticas, también pueden ser muy eróticas. Si no te sientes cómodo teniendo un encuentro sexual más hot, puede bastarte, para estimular tu libido, con lucir esas caricias. Puedes elegir una sesión de cine. O puedes sentar a tu pareja sobre tus rodillas en el metro. Si eres más osado, puedes probar algo más audaz. Seguramente, una vez que empieces a mostrar tus caricias en público y te habitúes a ello, necesitarás, como si fuera una droga, estímulos más fuertes. Eso hará, muy probablemente, que derribes los límites que te habías marcado para este tipo de prácticas.
Lugares propicios para hacer el amor
Este constante empujar los límites puede conducirte a un juego con tu pareja muy divertido. Podéis turnaros a la hora de hacer propuestas. No creemos que te falten ideas, pero vamos a hacerte algunas propuestas que quizás te seduzcan:
- Haced el amor en un ascensor. El riesgo en este caso es doble: que alguien más pueda subir al ascensor o que el tiempo del recorrido sea insuficiente. Para evitar esto, lo mejor es pulsar el botón de stop cuando el ascensor se encuentre entre dos pisos. Para entregarse a la pasión en este espacio hay que cumplir un requisito previo: olvidar una vieja canción del cantautor español Luis Eduardo Aute que se titula, precisamente, “El ascensor”. En esa canción, Aute narra cómo un hombre y una mujer quedan atrapados en un ascensor y aprovechan esa circunstancia para entregarse al fornicio. Cuando el ascensor es reparado, los técnicos, al abrirlo, descubren “los cadáveres desnudos” de un hombre y una mujer en actitud “poco decorosa”. Recordad la canción y su moraleja y gozad del espacio del ascensor y de vuestros cuerpos, pero no dejéis que la combustión de vuestros cuerpos y vuestros alientos consuma del oxígeno del ascensor. Gozar es importante, pero respirar lo es más.
- Reservad una habitación de hotel y grabaros como si fuerais actores porno.
- Haced el amor en la vivienda de ese vecino que os ha dejado las llaves para que reguemos sus plantas y pongamos agua y comida al canario mientras está de vacaciones.
- Si vais a una fiesta a casa de unos amigos, pegaos una rápida escapada al cuarto de baño o a un cuarto vacío. Si escogéis esta segunda opción, procurad no escoger aquél en el que la gente ha dejado los bolsos y los abrigos. Y aceptad la posibilidad de que otra pareja tenga la misma ocurrencia que vosotros y entre también en aquel espacio en el que vosotros estéis para, de un modo aproximado, hacer aquello que vosotros queréis hacer.
- Si visitas el piso en que vivías cuando eras adolescente (ese piso en el que siguen viviendo tus padres), entra en la habitación en la que dormías y mastúrbate allí. ¿Qué mejor manera de rendir homenaje a los tiempos de la adolescencia que ejecutar en uno de sus espacios míticos (la propia habitación) uno de los actos más reiterados y simbólicos de aquel tiempo?
Seguro que entre todas estas ideas hay alguna que te estimule de una manera especial. Pero hay muchas más, sobre todo relacionadas con los diferentes medios de transporte. Pero de ellas te hablaremos en otro post. Nos conformaremos, aquí, con sugerirte la opción de hacerlo en el coche, dentro o fuera de él. La chica puede recostarse sobre el capó o sobre la ventanilla abierta, con el tronco dentro del coche para no ser reconocida y el culo en pompa, ofreciendo al chico la maravilla de su trasero y su vagina. El hacerlo dentro del coche, además, puede tener un efecto melancólico muy claro. No son pocas las personas que perdieron la virginidad en el interior de un coche. Volver a hacerlo dentro de un vehículo (aunque no sea el mismo modelo que se empleara entonces) puede resultar muy excitante. En este caso, para aumentar la emoción, puede estacionarse el vehículo en un lugar en el que pueda ser visto por la gente. El flirteo con el exhibicionismo acostumbra a dar sus frutos. Y los frutos son, en este caso, una excitación especial que, de manera directa, redunda en el placer finalmente sentido.