Una razón para volver a fumar
Corren malos tiempos para los fumadores. El tabaco, afortunadamente para la salud de todos, ya no tiene la presencia pública que tenía años atrás. No hace demasiado que podía fumarse en los bares, en los pasillos de los institutos y en las salas de espera de los hospitales. Hoy, casi está mal visto fumar en las terrazas de los bares. El tabaco, cada vez más, ha ido quedando reducido al ámbito de lo privado. Esto ha servido para volver más efectivos todavía los juegos y prácticas propias del BDSM que se articulaban alrededor del uso del tabaco o de los cigarrillos.
Sabemos que tienes una imaginación deliciosamente perversa para inventar juegos BDSM y prácticas de tipo sado, pero, no en vano, vamos a darte una serie de ideas para que, si lo deseas, puedas utilizarlas en tus juegos BDSM. Todas ellas tienen que ver con el uso de cigarrillos o puros. Todas ellas pueden añadir un poco de salsa o emoción a tus prácticas BDSM.
El juego más inocente y obvio que puede realizarse con cigarrillos cuando se practica el BDSM es el de expulsar, lentamente, el humo sobre el rostro del sumiso o esclavo. El esclavo o sumiso experimenta esa sensación como una especie de privilegio. Al fin y al cabo, lo que está haciendo el sumiso al respirar ese humo es respirar el humo que, antes de estar sobre su rostro, ha estado dentro del cuerpo de su Ama o Diosa. Ésta, por ejemplo, para incrementar la intensidad de las sensaciones experimentadas por el sumiso, puede tapar la nariz del mismo y lanzar sobre su boca todo el humo que haya conseguido retener en una honda calada. O puede mezclar los juegos de asfixia con el uso de los cigarrillos. ¿Cómo? Llenando por ejemplo una bolsa de humo de tabaco y colocándola después sobre la cabeza de su sumiso o esclavo colocando cinta aislante alrededor del cuello. No hace falta decir que esta práctica BDSM con cigarrillos debe realizarse con sumo cuidado y por un tiempo que no debe superar el minuto. El BDSM, recordémoslo siempre, debe basarse en la seguridad. Si se desea realizar esta práctica debemos saber que somos capaces de proporcionar rápidamente oxígeno al sumiso o esclavo. La bolsa utilizada, por ejemplo, debe poder rasgarse fácilmente. Atender a la expresión del esclavo o sumiso dictará a la Ama o Dómina el momento exacto en que debe rasgarse la bolsa para evitar una situación de riesgo extremo.
Con una bolsa de plástico puede realizarse también un sofisticado juego para combinar el uso de un cigarrillo encendido con el BDSM. Al igual que se ha hecho anteriormente, la Dómina puede colocar una bolsa de plástico en la cabeza de su sumiso o esclavo. Una vez colocada la bolsa y cerrada ésta por el cuello con cinta aislante, cinta de carrocero o un material semejante, se puede clavar en la bolsa una pajita que, llevada a la boca del sumiso, debe servir para que éste pueda respirar. Al mismo tiempo, la pajita puede servir para que la Dómina sople en el interior de la boca de su esclavo. La Dómina podrá escoger entre soplar aire limpio o soplar humo de cigarrillo en el interior de la boca del sumiso. Éste, que no sabrá lo que recibirá en cada ocasión, experimentará sensaciones enfrentadas. La incertidumbre experimentada por la parte sumisa sobre lo que va a pasar a continuación o no durante una práctica BDSM, no hay que olvidarlo nunca, es uno de los elementos más importantes a la hora de determinar el éxito de la misma. Esa incertidumbre, combinada con las sensaciones derivadas de una práctica tan relacionada directamente con la asfixia, puede convertir esta práctica BDSM con cigarrillos en una práctica muy excitante.
Más ideas para combinar cigarrillos y BDSM
Otra práctica BDSM con cigarrillos que puedes practicar con tu sumiso o esclavo es la de convertir a tu sumiso en tu cenicero. ¿Imaginas el placer de tenerlo arrodillado, a cuatro patas, con la boca abierta y la lengua fuera, esperando que lances sobre ella la ceniza que va produciendo ese cigarrillo que tú saboreas poco a poco mientras te deleitas en el placer de sentir a tu sumiso tan obediente?
Hay personas que pueden sentir ciertos reparos a la hora de ingerir la ceniza del cigarrillo, pero, pensándolo bien, ¿la ceniza no deja de ser, después de todo, la hoja quemada de una planta? Ingerirla en pequeñas cantidades, pues, no debería causar ningún tipo de daño. Tampoco, aunque la ceniza del cigarrillo que se está consumiendo esté algo caliente, debe quemar. Lo que el sumiso o esclavo no debe hacer nunca es ingerir el filtro del cigarrillo. El filtro no es bueno para la salud y, además, puede provocar algún tipo de atragantamiento.
Si subimos la intensidad y se asume otro tipo de dolor podemos realizar otra serie de prácticas BDSM con cigarrillos. Apagar el cigarrillo en la boca puede ser una de esas prácticas. Para hacerlo, el esclavo debe hacer una cosa: acumular mucha saliva en la lengua. Si lo hace, el cigarrillo se apagará sin dificultad y provocará un dolor soportable. Para convertir la escena en algo mucho más excitante, se puede hacer que sea la Dómina la que consiga que la lengua del sumiso tenga la suficiente saliva como para hacer factible la realización de esta práctica BDSM con cigarrillos. Para ello, la Dómina escupirá sobre la lengua del sumiso y, después, para reducir el dolor, moverá las brasas en la saliva de manera lenta, sin presionar demasiado sobre la lengua de su cenicero humano.
La experiencia permitirá que el cigarrillo sea apagado sobre la lengua de una manera más rápida y directa. La lengua del sumiso habrá creado “callo” y soportará mucho mejor el contacto del cigarrillo encendido.
Del mismo modo que la lengua se puede acostumbrar al dolor causado por el cigarrillo que se apaga sobre ella, el cuerpo puede, también, recibir la quemadura de un cigarrillo en una práctica BDSM experimentado el dolor causado por ella como un dolor soportable y llevadero. ¿Dónde se puede apagar un cigarrillo sin que cause un dolor excesivo? En el talón de los pies, por ejemplo. Al apagar el cigarrillo en el pie habría que evitar el hacerlo sobre una parte de la planta del pie que no fuera el talón.
Hay zonas del cuerpo que, con la suficiente saliva incorporadas sobre ellas, pueden ser muy propicias para experimentar con cigarrillos durante las prácticas sadomasoquistas. Los pezones, por ejemplo. O el ano. O la punta del pene. O la palma de la mano.
Las Amas y Dóminas que quieran experimentar con estos juegos BDSM con cigarrillos podrán experimentar alternando castigos y premiso durante las prácticas BDSM con cigarrillos. ¿Cómo? Lamiendo con suma dulzura la misma zona que, en el cuerpo de su sumiso o esclavo, Ella haya quemado con su cigarrillo. Si la Dómina no deseara lamer el cuerpo de su sumiso, sí podría pasar su dedo lleno de saliva por la zona quemada previamente por Ella para, así, consolar al sumiso que ha sido previamente castigado.