Penitencias de postura para los juegos D/s
Ya lo indicamos en este blog cuando hablamos de las penitencias de escritura en el BDSM: toda relación D/s exige, tarde o temprano, la imposición de una penitencia. Sin castigo no existe BDSM pero el castigo debe ser, siempre, proporcional y adecuado. La proporcionalidad del castigo vendrá determinada siempre por la personalidad y las características del sub. Será atendiendo a esas características personales de la parte sumisa y teniéndolas en cuenta como la parte Dominante deberá escoger el tipo de penitencia.
Entre las opciones que la parte Dominante tiene a la hora de escoger una penitencia para castigar a su sub existen las que se conocen como penitencias posicionales. Estas penitencias se fundamentan en obligar a la parte sumisa a adoptar una determinada postura durante un tiempo determinado.
Veamos cuáles pueden ser algunas de las penitencias posicionales que la parte Dominante puede imponer a la parte sumisa en una relación D/s.
Sentarse en el aire
Una de las penitencias posicionales que un Dom puede imponer a un sub consiste en hacer que éste se siente en el aire, con la espalda pegada a la pared y los muslos paralelos al suelo.
Para adoptar la postura impuesta mediante esta penitencia postural y evitar al mismo tiempo que se fuerce demasiado la articulación de las rodillas se deberán colocar los pies justo debajo de las rodillas.
Una variación de esta penitencia posicional consistiría en hacer que el sub se sentara igualmente, en el aire, pero sin apoyar la espalda en la pared. Colocado así, y para extremar la dureza del castigo, podremos colocar una regla sobre sus rodillas y obligarle a que la mantenga sobre ellas sin que caiga.
Colocar el dedo en el suelo
Al escoger esta penitencia postural, el Dom obliga al sub a agacharse sobre un pie y a mantener el equilibrio mientras apoya un dedo en el suelo.
Si se desea añadir dureza a esta penitencia se puede obligar al sub a agacharse (manteniendo las piernas rectas y sin flexionar) mientras se mantienen los dos pies en el suelo o se le puede obligar, también, a sujetar un clavo con el dedo en posición vertical y con la punta hacia abajo.
Salto de la rana
Esta penitencia posicional para BDSM puede resultar un poco dura para las articulaciones de las rodillas, por eso se recomienda no abusar de ella.
¿Cómo se ejecuta esta penitencia postural? Obligando al sub a colocarse en cuclillas y con los brazos extendidos. Colocado así, el sub debe saltar. No hace falta que el salto sea alto. Sólo hace falta que los pies se separen del suelo.
Esta penitencia puede aplicarse de dos maneras. La primera consiste en ejecutar el salto de la rana sin desplazarse. La segunda, obligando al sub a desplazarse en cada salto.
Cogerse las orejas
En el acto de obligar a alguien a cogerse sus propias orejas existe un algo de humillación. El Dom que quiera imponer a su sub una penitencia posicional con la que, al mismo tiempo que se le castiga, se ridiculiza al sub puede optar por ordenar a éste que se coloque de rodillas, en un rincón, en cuclillas o caminando y que, adoptando cualquiera de esas posturas, se sujete una oreja con cada mano separando los codos 180 grados.
Una variación sobre la penitencia posicional anterior podría ser la de obligar al sub a cogerse cada oreja con la mano del lado opuesto. Al cogerse así las orejas, el sub cruzará los brazos por delante del cuerpo.
El Dom puede exigir también al sub, al imponer esta penitencia postural, que estire de las orejas hacia arriba o hacia abajo. Al hacerlo, el Dom estará endureciendo la penitencia posicional.
Sosteniendo cosas
Una de las penitencias posturales más tradicionales es una que parece heredada directamente de los castigos escolares de otros tiempos. Todos hemos visto alguna imagen de un niño arrodillado con los brazos en cruz sosteniendo algunos libros en cada mano.
Esta penitencia posicional se fundamenta en el mismo principio que esos castigos impuestos a los niños en colegios de hace algunas décadas. Colocar al sub con los brazos extendidos (o, para hacer que la penitencia dure más, con los brazos ligeramente flexionados) y obligarle a sujetar una bandeja con un vaso lleno de agua so pena de imponer un castigo más duro si el agua se derrama es una de las opciones que tiene a mano un Dom para imponer una penitencia posicional a su sub.
El Dom también puede imponer al sub que éste se arrodille y, con los brazos extendidos hacia delante, coloque la bandeja como si fuera una mesa. El Dom, sentado cómodamente, puede tomarse, por ejemplo, el café que se encuentre en esa bandeja.
En esta penitencia posicional se puede incorporar, también, una variación: la de obligar al sub a balancear lo que tenga en su mano o, por ejemplo, a colocárselo sobre la cabeza.
Como vemos, son muchas las opciones que tiene un Dom a la hora de imponer una penitencia posicional.