La mazmorra y el BDSM

Ese momento llega. Se ha empezado disfrutando de la privación sensorial y de las inquietudes que despierta. Se han experimentado las sensaciones de sentir el cuerpo reducido a la inmovilidad más absoluta por el uso más o menos experto de unas cuerdas de algodón o de cualquier otro material apropiado para el Bondage. Hemos hecho nuestros pinitos ensayando juegos de rol distintos y hemos leídos artículos, libros y blogs en los que nos explican cómo colocar pesos en los testículos, cómo utilizar la varita violeta o cómo servirnos de la raíz de jengibre para practicar el figging.

Ahora queremos más. Queremos dar un paso adelante y lanzarnos de cabeza a experimentar las sensaciones provocadas por todos esos juegos que han despertado nuestra curiosidad. Nos reconocemos ya como kinkys irredentos, como amantes apasionados del BDSM, como sumisos sin cura o dominantes sin remedio, y entonces queremos tenerla. Al principio basta con alquilar un local BDSM que la ponga a nuestra disposición, pero, al final, quien más quien menos siempre quiere tener una a su gusto.

Y es que si el rezo adquiere su máxima expresión en el templo y el gol en el estadio (definitivamente no es lo mismo marcar un gol en un descampado del barrio que hacerlo en el Camp Nou, el Santiago Bernabéu o en Old Trafford), el BDSM parece menos BDSM si no se practica en una mazmorra.

La mazmorra es al BDSM lo que la piscina al waterpolo o el auditorio a la orquesta: su hábitat natural. En la mazmorra el flogger no desentona y las cuerdas no deben ocultarse en cajón alguno, apartadas de miradas indiscretas. Todos los accesorios propios de la práctica del BDSM, desde el látigo a la pala pasando por las esposas, el espéculo, la vara o los diferentes utensilios para practicar el CBT tienen su espacio en la mazmorra. En la mazmorra, además, caben sin problemas la cruz de San Andrés y el potro de tortura, instrumentos que pueden ser de mucha utilidad para que los amantes del BDSM puedan hacer realidad sus fantasías más íntimas y perversas.

La palabra mazmorra proviene del árabe que se hablaba en Al Ándalus. En la palabra “matmurah” encontramos los orígenes etimológicos de la palabra mazmorra. “Matmurah” significaba granero o silo y se utilizaba especialmente para denominar a aquellos graneros o silos que se hallaban bajo tierra. En ellos, y para evitar que se pudriera, se almacenaba el grano. En sitios semejantes, también, y para que tuvieran más difícil la huida, se “almacenaba” a las personas. La idea de la mazmorra subterránea, sin embargo, no era original de los sarracenos. Los romanos ya lo habían utilizado en tiempos de Cicerón. En siglos posteriores, las mazmorras han sido los lugares en que eran recluidos los prisioneros.

mazmorra

En una mazmorra del castillo de If, por ejemplo, rumió su venganza Edmundo Dantés, el personaje creado por Alejandro Dumas para protagonizar esa excelente novela de aventura que es El conde de Montecristo. Y en las mazmorras médicas de Charenton (¿qué otras cosas eran si no, en el siglo XVIII, las reclusiones psiquiátricas?) soñó el marqués de Sade con otras mazmorras existentes en rincones ocultos de conventos en las que los religiosos que los habitaban se entregaban a todo tipo de prácticas licenciosas, bien con monjas que se prestaban a sus placeres, bien con jóvenes secuestradas con las que ejecutaban las más desenfrenadas prácticas sadomasoquistas que todavía hoy podamos imaginar.

potro de tortura

Desde que Sade escribiera sus inolvidables e insustituibles obras, la mazmorra ha acabado asociada al BDSM. ¿Sería igual Historia de O si en ella no aparecieran las mazmorras de Roissy? ¿Conseguiría del mismo modo René la sumisión de O sin la existencia de ellas? Por eso todo el mundo que practica el BDSM acaba soñando con tener una mazmorra de su propiedad para, así, poder realizar en ellas sus prácticas sadomasoquistas.

Consejos para hacer una mazmorra BDSM

En este post queremos darte una serie de consejos para que, llegado el momento, puedas realizar tu propia mazmorra BDSM si ése es tu deseo.

Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se quiere realizar una mazmorra para practicar BDSM es que las opciones para hacerlas son muchas y que no todas, lógicamente, tienen el mismo precio. Ser conscientes de nuestro presupuesto disponible resulta fundamental a la hora de saber lo que podemos colocar o no en nuestra mazmorra BDSM. Una argolla en la pared tiene un precio. Un potro de tortura, otro muy distinto. Así, podemos realizar una mazmorra BDSM relativamente “barata” y una mazmorra cinco estrellas que nos exija un importante desembolso económico.

mazmorra para bdsm

Teniendo en cuenta esto, vamos a ver los pasos que debemos seguir para realizar nuestra mazmorra para BDSM particular.

  1. Elige el lugar en que realizarás tu mazmorra BDSM. Este lugar, lógicamente, debe estar protegido de la vista del público y debe disponer de espacio suficiente para poder moverse con comodidad y para realizar prácticas que exijan un cierto vigor físico. Lo ideal es el sótano, pero puede servir cualquier tipo de habitación.
  2. Pinta las paredes de tu mazmorra BDSM. ¿De qué color? Del color que más te inspire. Ciertamente, es difícil imaginar una mazmorra para practicar sadomasoquismo con las paredes pintadas de color rosa. Lo más común es encontrar mazmorras con las paredes pintadas de color negro, rojo o, en algunos casos, gris (preferentemente oscuro). Otra buena opción, muy llamativa y que puede servir para dar al espacio un aire de mazmorra de castillo es forrar las paredes con paneles de imitación de la piedra o, directamente, con ladrillos desnudos, sin revestimiento de cal, yeso o pintura. Si en alguna de las paredes existe alguna ventana, procura que sea gruesa y que, cerrada, impida dos cosas: que entre (o salga) luz y que se cuelen las miradas curiosas de quienes nada tienen que ver con las acciones que se puedan desarrollar dentro de la mazmorra cuando se inicie el juego BDSM. En las paredes, también, pueden colocarse distintas argollas para poder practicar determinados juegos de restricciones, azotes, etc.
  3. Elige y coloca el mobiliario para tus juegos BDSM. Ciertamente, aquí te recomendamos que hagas una inversión mínima para comprar una cruz de San Andrés con argollas en cada una de sus aspas para, así, poder atar al sumiso o a la sumisa por tobillos y muñecas. Junto a la cruz de San Andrés, otras piezas de mobiliario que podrían servir para adornar tu mazmorra BDSM y para aumentar las posibilidades de juegos que puedas practicar en ella son las sillas equipadas con restricciones o las mesas y máquinas sexuales de distinto tipo. Todo este mobiliario debe tener una función, aparte de visual, eminentemente práctico.
  4. Junto a las piezas de mobiliario anteriormente citadas se pueden incluir también en la mazmorra BDSM otros elementos de carácter meramente ornamental como pueden ser estandartes, imágenes de estética bondage, escudos, armaduras, piezas de cuero o metal de distinto tipo… nada de eso servirá directamente para realizar ninguna práctica sadomasoquista, pero servirá para ambientar. Y, como hemos visto en algún que otro post, la ambientación le sienta muy bien a la práctica BDSM. Un juego de rol bien ambientado, por ejemplo, cumplirá mejor sus objetivos que otro a los que, por decirlo de algún modo, hay que echarle un extra de imaginación para ponerse en situación.

instrumentos mazmorra bdsm

Al realizar una mazmorra para la práctica del BDSM debemos decorarla teniendo en cuenta que los accesorios BDSM (látigos, floggers, esposas, etc.) deben estar a nuestro alcance. Colocados en la pared o depositados en cajas con compartimentos, debemos poder acceder a ellos de una manera cómoda.

Otro consejo que queremos dar a todo el que quiera realizar su propia mazmorra BDSM es que recurras, siempre que sea posible, a los mejores materiales. Un material BDSM de mayor calidad implica un mayor nivel de seguridad a la hora de realizar cualquier práctica BDSM. La seguridad, importantísima cuando se practica el BDSM, se hace imprescindible cuando, por ejemplo, se van a practicar juegos de suspensión. Para colocar puntos de suspensión, se aconseja en todo momento solicitar el asesoramiento y la ejecución práctica de un profesional.

Esperemos que todos estos consejos te sean de utilidad a la hora de realizar tu propia mazmorra BDSM.