Dominación financiera
La base principal de los juegos de Dominación/sumisión es el dominio psicológico. Si hay una práctica BDSM en la que ese dominio psicológico adquiere una importancia capital es en la que se conoce como findom, palabra que surge de la expresión británica financial domination o, lo que es lo mismo, dominación financiera. ¿En qué consiste esta práctica BDSM? En que el sumiso envíe de manera más o menos regular dinero o regalos especialmente caros a su dominatrix.
En la práctica del findom, la dominatrix recibe el nombre de findomme. La findomme reclama dinero a los sumisos que contactan con ellos y que, recibiendo el nombre de paypigs o cash-pigs, reclaman tiempo y atención. Lo más habitual es que estos sumisos financieros hagan transferencias a sus findommes a través de internet. Los amantes de esta forma de juego BDSM han encontrado en algunos portales informáticos un lugar ideal para ponerse en contacto entre ellos. Así, en portales como findomme.org, sumisos y findommes pueden encontrar la manera de iniciar su relación findom. Estos portales, además, poseen un sistema de pagos encriptados que garantiza la seguridad de los mismos.
Motivaciones del findom
Las personas ajenas al mundo BDSM suele preguntarse sobre el motivo de que algunas personas se sientan atraídas por las para ellas “extrañas” prácticas propias del BDSM. Dicha pregunta adquiere especial relevancia en la práctica findom. Algunos practicantes sumisos han hablado de esta práctica como de una experiencia única en la que la excitación es fruto de sentir cómo una persona invade el espacio personal de las propias finanzas. Las personas, razonan estos sumisos del findom, tendemos a utilizar nuestra situación económica como instrumento para medir nuestra autoestima. A mayor cuenta bancaria, mayor autoestima. En cierto modo, si la autoestima actúa como una especie de barrera psicológica, el dejar que alguien (la findomme) pueda minar la consistencia de nuestra situación económica es, en el fondo, una manera de ver laminada esa autoestima, esa barrera psicológica.
Así, el findom podría equipararse a otras prácticas BDSM a las son adictos los líderes exitosos. La dominación financiera, así, se convierte en una práctica BDSM practicada especialmente por personas de un cierto nivel económico y un cierto prestigio dentro de su profesión. Lo que estas personas buscan al contactar con una findomme es ser rebajados en sus logros.
El sumiso findom no busca en caso alguno una relación de carácter sexual. La findomme no concede sexo. Ni masturbaciones ni coitos caben dentro de una relación findom. Pagar por sexo tiene un nombre, prostitución, y la práctica del findom no tiene nada que ver con el (por otra parte respetable) ejercicio de la prostitución.
Dominación psicológica
El findom es un juego basado en el ejercicio del poder psicológico. La findomme impone su psicología para hacer que, en algunos casos, el sumiso le entregue el poder total sobre su dinero. En estas situaciones, el sumiso debe manejarse en el día a día con la asignación semanal que le concede la findomme.
No es sencillo llegar a este nivel de relación findom. A la verdadera relación findom sólo se llega tras meses de mantener una relación que, basada en la confianza y el respeto (como, en definitiva, en cualquier relación BDSM), delimita perfectamente los papeles y los roles que tienen que desempeñar cada uno. Llegados a ese punto, el sumiso prioriza por encima de todo la voluntad de su findomme.
Las findomme destacan hasta qué punto es importante realizar un gran trabajo psicológico para saber con qué tipo de sumiso se está jugando. Como personas que son, los sumisos del findom tienen a sus espaldas sus propias vidas y tienen sus propias necesidades y gustos. En algunos casos, los sumisos anhelan ser tratados como meros cajeros automáticos. Las findomme, en estas situaciones, se dirigen a ellos para solicitar una cantidad de dinero que estos sumisos de la dominación financiera entregan sin esperar mayor contacto por parte de la Dominatrix financiera.
En los casos extremos de la relación findom, los sumisos han llegado a incluir a sus findommes en sus testamentos y han llegado a comprarles casas y coches.
No hace falta decir que el findom es una actividad extremadamente peligrosa. Hay sumisos que, adictos a su práctica, han sufrido niveles crecientes de deudas, han perdido propiedades o, incluso, se han arruinado financieramente.