tortura erótica
Posturas de Bondage
Acostado bocabajo, enlazado a un otomano en posición supina, atados con una cuerda a una silla, suspendido con los brazos por encima de la cabeza… Éstas que hemos nombrado son algunas de las posiciones clásicas y habituales de la esclavitud erótica. Sin embargo, los juegos BDSM no cesan de innovar, y las parejas bien preparadas físicamente pueden adoptar posturas más radicales y exigentes.
La servidumbre, base de la tortura erótica
La tortura erótica implica la servidumbre de un sumiso de modo que el dominante pueda, durante un período de tiempo más o menos largo, aplicar sobre el cuerpo de ese sumiso sus técnicas de tortura más depuradas y, al mismo tiempo, eróticas. Si todo esto se combina con una gratificación retardada (“soy quien manda y no voy a dejar que te corras tan fácilmente”) y un control del orgasmo, el resultado puede ser el de un placer explosivo.