Mordisco sensual
¿Por qué los vampiros son tan sexys? ¿Es debido, quizás, al aire noctámbulo que arrastran? ¿Es tal vez por causa de esa elegancia, tan asociada al color negro, que acostumbran a transmitir? ¿O es la idea de peligro que, de manera indefectible, va ligada a ellos, la que hace que tantas mujeres sientan una atracción, vertiginosa y húmeda, hacia esos seres misteriosos? Lo más probable es que no sea ninguno de esos factores (o que ninguno lo sea en exclusiva) el responsable de dicha atracción tenebrosa. Quizás sea la combinación de todos ellos lo que hace que muchas mujeres suspiren por ser mordidas por uno de esos galantes atormentados y peligrosos que han protagonizado tantas y tantas películas, de las más burdas a las más exquisitas, de las más sangrientas a las más románticas.
La imagen y la actitud del vampiro muerde-cuellos le va que ni pintada al BDSM. El hecho de que el cuello y la nuca sean zonas especialmente erógenas, fácilmente estimulables, potencia la sensualidad de quien, puesto a morder, muerde precisamente en esa zona. La mezcla de dolor, miedo y placer que puede producir, si se realiza sabiamente, un mordisco en el cuello, es un cóctel explosivo que, inteligentemente utilizado, puede proporcionar múltiples posibilidades a una escena BDSM.
El mordisco sensual no debe nunca efectuarse en frío. Las personas mínimamente iniciadas en las prácticas BDSM saben que conforme aumenta la excitación de la persona aumenta también la tolerancia de estas personas a soportar determinados tratamientos, juegos, etc. La persona dominante que quiera explotar el erotismo del vampiro y aplicarlo a sus juegos debe conocer esta regla de oro y, conociéndola, alternar mordiscos lentos con mordiscos rápidos y mordiscos leves con otros más intensos.
Lógicamente, el dominante que quiere explotar el erotismo del vampiro no es Drácula. Este hecho implica dos consecuencias que deben marcar de una manera determinante el juego. Por un lado, el dominante, al morder, no debe romper la piel del sumiso. Además de excesivamente doloroso, ese hecho puede originar algún tipo de infección. Por otro lado, así como el mordisco de Drácula es un mordisco especialmente orientado a la zona del cuello de la víctima, en el caso de los juegos BDSM ese mordisco no tiene por qué tener como zona de aplicación sólo el cuello. Los mordiscos del dominante en los juegos BDSM pueden dirigirse a cualquier parte del cuerpo (hombros, laterales del cuerpo, interior de los muslos, caderas, nalgas, pechos, areolas, pezones…).
Los mordiscos en la zona de la cadera o del interior del muslo acostumbran a hacer aumentar de manera significativa la excitación genital del sumiso. Éste, estimulado con esos mordiscos vampirescos, experimentará un incremento del deseo que se reflejará en el deseo de ser tocado. El hombre o la mujer dominante pueden aprovechar ese momento de excitación de la mujer sumisa para mordisquear suavemente los labios de la vulva o el clítoris.
Arañazos apasionados
La tarea torturadoramente deliciosa de los dientes puede verse reforzada por lo que se conoce con el nombre de amiquesis, esto es, la excitación generada por rascar a la pareja en el momento del acto sexual. Esto suele ser muy utilizado por algunas mujeres. Arrastrar sus largas uñas por espalda o nalgas del sumiso puede causar a éste una sensación que se encuentra a medio camino entre el placer y el dolor.
Los cepillos de cerdas duras, una esponja áspera, un rascador de la espalda, una piedra pómez o las llamadas “uñas de gato” pueden servir para experimentar con la amiquesis. Esa experimentación, si se realiza en la zona de la areola y el pezón, puede provocar un gran placer a la persona sumisa.
Los efectos intensamente estimuladores del rascado ya se recogen en el Kama Sutra. En el famoso manual erótico hindú se sugiere que, llegado el momento del ardor, y cuando la experiencia del amor físico se vuelve demasiado intensa, presionar con las uñas en el cuerpo de la persona amada acostumbra a ser una técnica muy efectiva para aumentar la excitación de la pareja. Prueba a hacerlo y comprueba los resultados.