Atar con una corbata
La corbata puede ser una opción muy elegante y, a la vez, socorrida, para realizar una restricción. ¿Qué hombre no tiene una corbata en su armario aunque esa corbata sea ésa que aparece en todas las fotografías que algún día te hicieron en las bodas de tus amigos?
Si sois nuevos en la práctica de ser atados, las corbatas pueden ser una buena forma de aliviar el trámite. Las corbatas no inspiran demasiado miedo y pueden resultar objetos marcadamente eróticos. La sensualidad que se puede añadir al acto de deshacer lentamente la corbata puede irle muy bien al juego erótico que se establezca entre la parte dominante y la parte sumisa. Utilizar la atadura con la corbata puede servir como una excelente técnica para incrementar la tensión sexual.
El qué atar y cómo atarlo es algo que dependerá de los gustos particulares de cada cual. Sólo las muñecas, sólo los tobillos, quizás muñecas y tobillos al mismo tiempo, tal vez con las muñecas por encima de la cabeza o por detrás del cuerpo, a la cama, a un poste o a algún tipo de aparato… las posibilidades de atadura son muchas. Unas permitirán mayor libertad de movimiento; otras, menos.
Atadura segura
Al practicar la atadura erótica con una corbata debes procurar que no quede demasiado apretada. Una restricción erótica no tiene por qué causar dolor. Lo ideal es que quepan uno o dos dedos entre la corbata y la piel. Eso no debe significar, en caso alguno, que la corbata quede tan floja como para que la persona atada pueda liberarse con absoluta facilidad. Esto último es algo bastante habitual cuando la pareja es novata en este tipo de prácticas.
Encontrar el punto justo de constricción de la corbata es simple cuestión de práctica. En cualquier caso, es importante que la corbata se pueda desatar rápidamente en caso de necesidad (por ejemplo: cuando la persona atada sienta que sus extremidades se duermen o empieza a sentir en ellas un incómodo entumecimiento o algún tipo de hormigueo). Actuar de manera inconveniente sobre un nervio determinado puede ser, en algunos casos, un efecto secundario negativo de la atadura con una corbata.
Uno de los aspectos positivos derivados de incorporar corbatas u otros aparentemente inocentes artículos de ropa como pueden ser los pañuelos a los juegos sexuales es que pueden dar mucho juego para las bromas íntimas entre tu pareja y tú. Imagina que estáis en una cena con unos amigos, familiares o conocidos. Mover, toquetear o juguetear con la corbata que llevas puesta, la misma que ayer utilizasteis para que ella te atara a la cama o para tú atarla a ella, puede ser una buena señal de intimidad y provocación erótica, un guiño compartido y privado, una clave secreta y una invitación para la noche que aún está por llegar.