Posibles problemas médicos derivados de la práctica del Bondage
El Bondage puede ser una práctica muy visual y excitante, pero también muy peligrosa si no se realiza con todos los cuidados necesarios. En este post queremos recoger algunos de los problemas de salud que podrían derivarse de una mala praxis del Bondage. Con ello no queremos asustar a nadie ni, por supuesto, apartar a nadie de la idea de disfrutar, de una manera u otra, de los encantos del Bondage. Queremos, simplemente, recalcar la importancia de dominar la técnica antes de realizar determinados juegos y, por supuesto, la de ajustarse a las más estrictas normas de seguridad cuando se practica Bondage.
Otro consejo que queremos dar a todas aquellas personas que practiquen Bondage y se encuentren con algún tipo de complicación médica es que no aventuren un diagnóstico. Ante cualquier tipo de problema médico derivado de la práctica del Bondage lo más recomendable es, siempre, acudir a los servicios médicos más cercanos o a los profesionales de la salud más especializados para que realicen una diagnosis adecuada. Diagnosticar sin ser profesional de la salud implica arriesgarse a pecar por exceso o por defecto. Que lo segundo pueda acarrear graves consecuencias no exime de que lo primero pueda provocar malestares inadecuados o situaciones de pánico injustificadas.
Veamos cuáles son algunos de los daños médicos que pueden derivarse de una defectuosa ejecución de una determinada práctica Bondage.
Problemas circulatorios
Una atadura Bondage defectuosamente ejecutada puede provocar que se corte el suministro sanguíneo a un determinado miembro o a sus correspondientes terminaciones nerviosas. Ese corte momentáneo de la irrigación sanguínea produce un más o menos marcado adormecimiento del miembro. Ese simple adormecimiento no debería preocupar demasiado a las personas que están practicando Bondage. Después de todo, a tod@s se nos ha dormido una vez un miembro debido a cosas tan variadas como permanecer durante un tiempo determinado en una determinada postura.
En la práctica Bondage, si todo está bajo control hay que pensar que, en un tiempo más o menos corto, se restablecerá la circulación sanguínea y esa sensación de adormecimiento desaparecerá. ¿Quiere esto decir que nunca debemos preocuparnos si se produce un caso así? No. Ni mucho menos. Es más: si el adormecimiento va acompañado de dolor o de incapacidad para el movimiento debemos acudir cuanto antes a los servicios de emergencia médica.
Daños nerviosos
Más preocupante que los problemas circulatorios derivados de la compresión por el mal uso de las cuerdas durante una práctica bondage son los problemas médicos derivados de la compresión de un nervio.
Si, al realizar las ataduras eróticas propias de la práctica Bondage, la persona que es atada no puede mover las extremidades, las ataduras deben ser desatadas de inmediato.
¿Qué nervios son los más propensos a sufrir lesiones durante una práctica Bondage? Aquellos que se encuentran junto a las articulaciones. En esas zonas la musculatura es menor y, por tanto, el nervio se encuentra más expuesto a sufrir cualquier tipo de daño. Por eso hay que evitar ataduras que afecten directamente a las articulaciones, las ingles o la parte externa de la parte superior del brazo. En casos extremos, dañar algunas de estas zonas del aparato nervioso podría ocasionar una pérdida permanente de la sensibilidad y el movimiento de un miembro.
Devolver urgentemente la movilidad perdida debe ser el primer objetivo de quien contemple en su pareja una pérdida de la misma. Para comprobar hasta qué punto se encuentra afectada la parte sumisa hay que pedirle que mueva pies o manos. Hacer que la pareja agarre la mano es, también, una buena manera de comprobar el estado de salud de la persona que está siendo atada.
Asfixia o asfixia posicional
Nunca, absolutamente nunca, hay que atar una cuerda Bondage rodeando el cuello de nadie. Nunca hay que bloquear las entradas de aire con las cuerdas. Tampoco se debe, en ningún caso, colocar a la persona atada en posturas que dificulten de manera especial la respiración. En este último caso, no importa si las cuerdas bloquean directamente la respiración o no. Es la postura, hay que recordarlo, lo que impide la respiración y, por los mismo, puede causar la asfixia de la persona atada. Por eso hay posturas que no pueden mantenerse por mucho tiempo, por excitantes que puedan parecer. Al practicar Bondage, al igual que al practicar cualquier juego BDSM, la seguridad es lo primero. Si no existe seguridad, no existe juego BDSM ni existe Bondage. Existe una especie de ruleta rusa de insospechados resultados.
Algo que hay que tener en cuenta también al realizar ataduras Bondage es que la combinación de las mismas con el uso de mordazas incrementa el riesgo de padecer cualquier tipo de problema médico derivado de la práctica Bondage.
Asma, diabetes, fibromialgias, etc.
Otros de los problemas médicos que pueden derivarse de la práctica del Bondage pueden ser el asma, la diabetes o la fibromialgia. La excitación y la tensión habitual en todo tipo de juego erótico con cuerdas puede provocar un ataque de asma, las personas con diabetes son más proclives a poseer problemas de carácter circulatorio y las que padecen fibromialgia no reaccionan igual ante determinadas ataduras que el resto de las personas.
Cualquier persona que padezca una enfermedad de este tipo debe consultar a un médico sobre la idoneidad o no de que sea partícipe, como parte sumisa, en cualquier tipo de atadura Bondage. Será sólo una autoridad médica quien pueda determinar si una persona que padece un determinado tipo de enfermedad puede practicar Bondage o no.
Heridas o intervenciones quirúrgicas antiguas
Para evitar problemas médicos derivados de una práctica Bondage hay que asegurarse del historial de lesiones, operaciones quirúrgicas, etc. que hayan afectado en el pasado a la persona que va a ser atada. El cuerpo guarda memoria de todo lo experimentado y, así, un antiguo esguince puede imposibilitar (sin riesgos a sufrir lesiones) ciertas ataduras bondage. Lo mismo sucede con huesos fracturados o determinadas zonas del organismo que hayan sufrido algún tipo de intervención quirúrgica.
Al practicar ataduras Bondage hay que tener en cuenta toda la información posible sobre el “pasado médico” de la persona que va a ser atada para, así, evitar cualquier tipo de problema médico. Una ligera modificación en una postura puede evitar esos problemas y, además, garantizar una magnífica escena Bondage.