Todo juego exige un correcto mantenimiento del material con el que dicho juego se practica. Del mismo modo que no se puede jugar un partido de fútbol o baloncesto con un balón pinchado, no se puede practicar bondage con unas cuerdas en mal estado. No importa si nos hemos decantado por el nylon, el algodón, el cáñamo o el sisal. Si no realizamos un buen mantenimiento de las cuerdas, éstas no podrán cumplir su función como es debido y el juego perderá gran parte de su encanto. Después de todo, será el mantenimiento de las cuerdas bondage lo que permita que éstas siempre proporcionen a dominante y sumiso las sensaciones esperadas.

¿Qué técnicas hay que seguir para realizar un buen mantenimiento de las cuerdas bondage? En primer lugar, es importante mantener las cuerdas bondage alejadas de las altas temperaturas. También es importante que las cuerdas bondage no toquen en ningún momento ningún tipo de agente químico y que la luz ultravioleta tampoco las toque.

Falcacear los cabos

Para mantener las cuerdas bondage en buen estado hay que evitar que los cabos de las cuerdas se desenrosquen o desenrollen. Para hacerlo, pueden hacerse varias cosas:

  • Hacer un nudo.
  • Poner cinta adhesiva o aislante en los extremos.
  • Colocar manguitos termocontraíbles.
  • Sellar con calor las puntas. Este método puede emplearse con las cuerdas bondage sintéticas.
  • Utilizar bramante, hilo dental o cualquier tipo de hilo grueso para falcacear la cuerda dando vueltas alrededor del extremo de la misma con el hilo elegido. En cierto modo, el efecto es el mismo que si dicha envoltura del extremo del cabo se realizara con cinta aislante, pero el efecto visual en el caso de falcacear con hilo o bramante es mucho más elegante y efectivo.

Lavado de las cuerdas

El manoseo, los lubricantes, las grasas empleadas, el roce con el suelo… todos estos factores, intrínsecos al uso de las cuerdas bondage, hacen que las mismas se ensucien. Por eso es necesario lavarlas.

Tras usarlas por vez primera sería muy recomendable lavarlas a mano. Lavarlas con agua templada y dejarlas en remojo unas cinco horas con un detergente muy suave sería una buena manera de lavarlas. Tras pasar ese tiempo, las cuerdas bondage deberían ser aclaradas con agua fría. Lo importante es que desaparezca cualquier rastro de detergente o de productos químico. En el resto de ocasiones, las cuerdas bondage pueden lavarse en la lavadora (eso sí: utilizando un programa de lavado para ropa delicada, un detergente para prendas delicadas e introduciendo la cuerda en una bolsa de lavado).

Puede suceder que, tras un práctica bondage, la cuerda aparezca manchada de cera o sangre. En el caso de la cera, la aplicación a la cuerda de agua caliente debe bastar para eliminar la cera existente en ella. En el de la sangre, para la correcta limpieza de la cuerda deberá mantenerse esta en remojo (con agua fría) durante 3 o 4 horas. En este caso, sin embargo, lo mejor que puede hacerse es, en previsión de posibles contagios, esterilizar la cuerda o desechar la misma.

Una vez lavadas las cuerdas bondage es conveniente que éstas se pongan a secar en un sitio seco y ventilado. Por muchas prisas que se tengan por acelerar el proceso de secado de las cuerdas recién lavadas hay que vencer a la impaciencia y evitar el uso del fuego. Un período de 4 días para una cuerda lisa (que debe colocarse estirada y tensa) sería más que suficiente para, en dichas condiciones, secar convenientemente la cuerda. Si la cuerda fuera una cuerda trenzada, el tiempo de secado debería prolongarse hasta alcanzar la semana. Sólo con un tiempo como ese se puede asegurar el secado de lo que se conoce como alma de la cuerda y que no es otra cosa que el núcleo de la cuerda trenzada.

Preparación de las cuerdas

Cuando la cuerda bondage esté seca hay que prepararla y guardarla para dejarla lista para su próximo uso. Si la cuerda es de fibra natural, por ejemplo, hay que quemar las fibras sueltas evitando quemar la cuerda. Para quemar esas fibras sueltas puede utilizarse una vela o un pequeño soplete.

Una vez hecho esto, hay que utilizar algún tipo de aceite o cera para suavizar la cuerda. Los aceites no animales o hipoalergénicos o la cera de abeja pueden ser muy útiles para realizar esta tarea.

Una vez preparadas ha llegado el momento de guardar las cuerdas bondage. Nunca hay que guardarlas en bolsa. Una bolsa puede hacer que se genere una humedad que, a la larga, podría pudrir las cuerdas. Tampoco hay que guardarlas con nudos muy extremos. Esto podría debilitarlas. Lo mejor es guardarlas en un lugar ventilado, seco y oscuro, enganchadas en un gancho o formando una trenza.

Cuidándolas de este modo, las cuerdas bondage siempre estarán preparadas para participar en tus mejores juegos.