¿Qué hacer si tu amante es fetichista?

Siéntete afortunado. Si tú no eres quien tiene el fetiche pero tu amante te ha comunicado el suyo es porque te dejó abiertas las puertas de acceso a lo más íntimo de su sexualidad y su mundo interior. Eres un visitante de lujo de ese espacio secreto y personal. Lo primero que debes tener en cuenta es que la aventura sexual es una de las cosas más divertidas que puede ofrecerte la vida. Simple y llanamente. Dicho esto, hay que tener en cuenta que no todo debe valer para ti. Ve sólo hasta donde desees ir. El ser tolerante y asertivo no implica que debas hacer cosas que te desagraden o, por un motivo u otro, vayan en contra de tus gustos o principios. El sexo en pareja es una cosa de dos. El fetiche de tu pareja es su fetiche, y tú estás deseoso de compartirlo, pero tu propia sexualidad también tiene algo que decir. Y ese algo cuenta mucho.

Conoce tus propios límites y fronteras. Plantéate si lo que te proponen es demasiado extraño o incomprensible. Si te parece así, dilo. No te avergüences a la hora de exponer tu opinión y te dejes llevar asustado.

Hazte algunas preguntas, seguramente incómodas o difíciles, y no tengas miedo a responderlas. Hazlo sinceramente. Mantén el control sobre ti mismo al mismo tiempo que exploras el fetiche de tu pareja.

Pregúntate directamente y por adelantado si ese fetiche te excita o no. Si lo haces y te respondes sinceramente, te ahorrarás una posible muestra de resentimiento, desapego o irritación más tarde. Ser honesto acerca de los propios sentimientos puede dar miedo cuando se trata de sexo, pero merece la pena.

Piensa que esta experiencia se sustenta únicamente en la apertura de mente y en la concepción lúdica del sexo. Es algo así como ser capaz de volver a jugar como un niño, pero esta vez a un juego de adultos.

No existe razón alguna para que te sientas la única persona en el mundo con un amante “extraño”. Hay miles de fetichistas ahí fuera, en la calle, cruzándose contigo.

Consejo importante para la pareja del fetichista

Un consejo importante: “tortura” a tu amante con preguntas sobre su fetiche. Tú conocerás muchas cosas sobre tu pareja y, al tiempo, con tus preguntas, la excitarás. Trata de convencerla para que te muestre lo que sucede cuando se masturba con tu fetiche. Descubrirlo puede darte las claves para tener un control excitante y poderoso sobre su orgasmo. Eso puede daros mucho juego. Intenta encontrar elementos de ese fetiche que te exciten o inviten a la sexualidad.

Incita a tu amante enviándole mensajes sobre su fetiche. Prepara a tu pareja así para una cita posterior. También puedes dejar una especie de presente que le haga anhelar lo que vendrá después. Mete sus bragas en sus bolsillos, déjale una nota con sugerencias o instrucciones, introduce una imagen erótica entre las páginas de su agenda, regálale un nuevo juguete erótico y déjalo cerca de ella, sin que lo espere…

La idea que debes retener es la de que debes ir caldeando el ambiente para que tu pareja vaya, como quien dice, poniéndose a tiro y preparándose para una agradable y satisfactoria sesión de sexo fetiche. Que sepa que cuando llegue a casa le espera algo especial. Que no haya equívocos en ese aspecto. Que sepa que toca sexo. Eso impedirá que haga otros planes o que traiga invitados que echen por tierra todos los planes que has organizado y planificado para vivir un tiempo de profundísima intimidad. Es su fetiche, sí, pero tú puedes gozarlo. ¿O acaso no te excita ver gozar a tu pareja?